Poco a poco, Daniela Cortés va revelando más detalles de su relación con Sebastián Villa. Este jueves, en televisión, la mujer contó los supuestos problemas con el alcohol que tendría el futbolista antioqueño.
En el programa Los Angeles de la Mañana, de El Trece, la mujer contó que el futbolista era un habitual consumidor de bebidas alcohólicas, en especial en los días de descanso y allí era más agresivo.
“Antes tenía problemas con el alcohol pero sólo cuando le daban descanso. Tomaba en los descansos, después de los partidos. Se emborrachaba. Y obviamente con el alcohol se volvía más agresivo", contó. Añadiendo que durante “el encierro, Sebastián tomaba mucho alcohol".
En esa entrevista, Daniela contó nuevos detalles del maltrato que, ella argumenta, sufrió por desde que llegaron a Argentina y que incluso él lo hizo cuando estaban cerca de la hija que ella tiene.
“Sebastián arranca con la violencia acá en Buenos Aires, porque cuando estábamos allá, en Ibagué, era una persona muy tranquila. Acá comenzaron los celos, comenzaron las agresiones, los insultos. Muchas veces fue agresivo conmigo delante de mi hija", relató.
Y es que según contó ella, las supuestas agresiones llegaban por diferentes razones, pues ya fuera por celos, diferencias, entre otras circunstancias, había algún tipo de maltrato.
“Las agresiones comenzaron con insultos, con celos. Eso trajo ciertas diferencias, no violencia, pero sí desacuerdos que luego se convirtieron en agresiones. Él pensaba que tenía que estar de acuerdo en todo, entonces cuando yo pensaba diferente se enojaba y ahí venía el insulto o el empujón", recordó.
Daniela volvió a señalar que Sebastián Villa tiene contactos con sicarios y que decidió denunciar todo en redes sociales porque de las palabras pasó a los hechos y hubo llamadas amenazantes a Colombia.
“Él es de Bello, de Medellín, y allá tiene amistades que no son muy bien relacionadas. Se mantiene como en ese círculo cuando está en Medellín. Tiene contacto con sicarios. Yo siempre le aconsejaba que se alejara de esa gente, le decía que eso para un futbolista no estaba bien, que lo podía meter en problemas, pero él no hacía caso. Decía ‘no, son amistades y ya'. Él me amenazaba pero siempre era de palabra. Me decía si te vas, tal cosa; si te vas, te mando a hacer algo. Pero yo nunca le prestaba atención porque era de palabra y tal vez era un momento de rabia. Pero esta vez hubieron llamadas y amenazas a mi familia", dijo.
Daniela contó que precisamente su hija continúa viviendo en Medellín porque ella la quiso mantener al margen de las discusiones y la inestabilidad de su relación, en la que peleaban y hasta terminaban.
“Como la relación con Sebastián era inestable y yo viajaba tanto a Colombia por las agresiones que sufría de su parte, no quise involucrarla. Igual ella (su hija) venía seguido para acá. Cuando nos peleábamos, él me decía que me necesitaba, que la casa estaba vacía sin mí, que se sentía solo, que no era feliz, que ya había cambiado, que se había aferrado mucho a Dios", finalizó.