Luego de llegar a la semifinal en la Liga II-2018, Rionegro Águilas Doradas no logró mantener el gran nivel en el 2019, donde disputó cuatro torneos y en donde apenas pudo mantener la categoría. Con tres técnicos y varios cambios en su plantilla, el equipo del oriente antioqueño fue irregular y buscará en el 2020 engrosar el promedio y regresar al protagonismo en la Liga y la Copa Colombia.
El flojo rendimiento casi le cuesta la categoría
Fueron 46 partidos que disputó Rionegro en el 2019, por Liga fueron 40, donde ganó ocho partidos, empató 16 y perdió 16. Marcando 42 goles y recibiendo 57, quedándose en el puesto 17 del descenso con 136 puntos, su rendimiento fue del 33,3%.
En la Copa Suramericana avanzó la primera fase, imponiéndose por penales frente a Oriente Petrolero de Bolivia, en la segunda fase quedó afuera contra Independiente de Argentina, luego de ganar en Rionegro 3-2 y cayendo en Avellaneda 2-0, siendo su peor campaña en este certamen.
Por su parte, en la Copa Colombia, llegó a octavos de final, por haber sido uno de los equipos colombianos en torneos Conmebol. Enfrentó al Deportivo Pereira, donde empató como local 1-1 y perdió en territorio risaraldense 1-0, quedando sentenciada una nueva eliminación.
Fortalezas
Proyección de jugadores: Daniel Muñoz transferido al Atlético Nacional en junio y Juan Pablo Otálvaro, por citar un par de nombres, son producto del equipo rionegrero, que han venido destacándose en el fútbol colombiano. La oportunidad a la cantera, ha sido importante para que el equipo también sea vendedor y fuente de talento para clubes colombianos y extranjeros.
Duro rival con los grandes de Antioquia: Las victorias frente a Nacional en Rionegro y contra Medellín en el Atanasio, fueron momentos en donde el equipo mostró una gran imagen futbolística y puso en aprietos a los equipos más representativos del fútbol antioqueño. Además, con estos resultados, detonó crisis en rojos y verdes.
Transiciones rápidas: Cuando el equipo jugó de esa manera, fue efectivo, el traslado de balón entre Carlos Ramírez, Juan Pablo Otálvaro y Jáder Obrian, mostraban esa columna vertebral ágil y dinámica a la hora de romper líneas rivales.
Debilidades
Irregularidad: Luego de una gran temporada, las exigencias aumentaron en el equipo ‘dorado’. Faltó una mejor planificación y reforzarse de una mejor manera para encarar los desafíos del 2019. En el segundo semestre no encontró el rumbo y terminó con muchas afugias el semestre.
Ausencia de un goleador: Poco más de 50 goles, no son suficientes para un equipo que pretendía la impronta ganadora. En parte se debe a que no tenía un delantero de área como Humberto Osorio o Agustín Vuletich, que podía brindar esa confianza en el ataque.
No fue fuerte en casa: Una de las claves de Rionegro en el año 2018 era transformar el estadio Alberto Grisales como un fortín. En este 2019, fue uno de los locales más discretos del año, donde se fue complicando con el descenso, conforme pasaban los partidos.
Jáder Obrian, el diferente del equipo del oriente.
No es claro definir de qué juega Jáder Obrian, de menos a más, este jugador de corte ofensivo, picardía en el ataque y con buen juego asociado, terminó siendo la figura de Rionegro en el 2019. Con un primer semestre mejor que el segundo, el jugador de 24 años, marcaba diferencia cuando el conjunto ‘dorado’ arrancaba con vocación ofensiva.
Juan Pablo Otálvaro, la revelación ‘dorada’
Este juvenil de la cantera de Rionegro, fue de menos a más en el año. Siendo el hombre de las ideas en el conjunto ‘dorado’. Pretendido por clubes colombianos y del exterior, Juan Pablo Otálvaro se está ganando a pulso su lugar en el primer equipo y a punta a ser una de las figuras del equipo en el 2020.
Gustavo Torres, con pena y sin gloria en Rionegro
El jugador caucano llegó para el segundo semestre de 2019, procedente de San Lorenzo de Almagro. Con muchas expectativas, Gustavo Torres marcó su etapa en Rionegro en medio de escándalos y problemas con los directivos, que se ventilaron cuando fue cesado en noviembre. Torres jugó un par de partidos, una parte del semestre estuvo lesionado y faltó en 24 ocasiones a los entrenamientos. Se conoce que tuvo problemas que afectaban la disciplina del club, una de las causales de su despido.
Tres cuerpos técnicos y un dolor de cabeza}
Rionegro tuvo durante 2019, tres cuerpos técnicos y cuatro entrenadores. Jorge Luis Bernal arrancó el año con el saldo a favor de una gran campaña en la Liga II-2018. Con varias bajas en su nómina, no logró mantener el mismo desempeño y terminó saliendo del equipo el primero de marzo, cuando transcurrieron cuatro fechas.
Luego fue el turno del uruguayo nacionalizado paraguayo Éver Hugo Almeida, quien asumió el cargo el pasado 11 de marzo. Con mucho recorrido en el fútbol paraguayo y varios clubes internacionales, el ex arquero de Olimpia tuvo un breve paso por Rionegro, donde dirigió cinco partidos, con magros resultados.
Finalmente, en abril llegó Eduardo Cruz y Flabio Torres. Torres no podía dirigir en lo que quedaba de la Liga I-2019, por haber sido técnico de Bucaramanga. Con Cruz, Rionegro avanzó a la segunda fase de la Copa Suramericana y había mejorado en el nivel de juego, pese a no lograr el objetivo de clasificar a los cuadrangulares. En el segundo semestre, cuando asumió Torres, la constante irregularidad del equipo, dieron al traste las ilusiones del equipo y con la permanencia de categoría, fue un premio escaso, para ese cuerpo técnico que terminó siendo apartado del cargo.
Juan Camilo Álvarez Serrano
Corresponsal FUTBOLRED