Julio Comesaña, un hombre recordado con odios y amores en Medellín

El uruguayo terminó su carrera de jugador y comenzó la de entrenador, en el equipo antioqueño.

Julio Comesaña

Julio Comesaña, tercero de pie de izquierda a derecha, en su etapa com ojugador de Medellín.

Foto: Tomado de: Capsulas

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15 de diciembre 2018 , 09:45 p. m.

Este domingo Julio Avelino Comesaña tendrá la oportunidad de ganar un título de Liga con Junior después de 25 años, consiguiendo la octava estrella para el club barranquillero, justo frente al equipo al cual dejó como segundo en aquel 1993: Deportivo Independiente Medellín.

Sin embargo, la historia del entrenador uruguayo con el equipo antioqueño no solo es la de un hombre que legó una tristeza inolvidable para la institución, sino que tiene una marca fuerte e imborrable con el conjunto poderoso, que es otro de sus hogares futbolísticos.

El lazo entre el hombre y el equipo es robusto, pues fue allí donde el uruguayo terminó su etapa como futbolista, y también donde inició su periplo como entrenador. Fue entre los años 1980 y 1981 cuando Comesaña se vistió con los cortos de DIM, compartiendo plantel con grandes jugadores que prometían la posibilidad de un título que, sin embargo, no se dio.

En 1981, el charrúa cesó su carrera de futbolista, pero inmediatamente tomó los tableros para comenzar a enseñar, a partir de 1982, y en el mismo equipo donde dejó de patear los balones como hombre profesional.

En el club rojo estuvo durante cuatro años, hasta 1986, dirigiendo a jugadores de gran talento, en un equipo que supo jugar de muy buena manera, dejando gratos recuerdos en la memoria de los aficionados antioqueños, y poniendo a debutar a hombres históricos como Leonel Álvarez.

Fue tanto el cariño que generó, que el uruguayo quedó enmarcado en uno de los versos de la canción representativa del equipo, compuesta por Alfredo Gutiérrez, y que aún, más 30 años después, se sigue cantando: “(…)Jugando fútbol del bueno, el Poderoso no engaña. De Moreno a Comesaña, de Comesaña a Moreno…”.

Este colombo-uruguayo tuvo otros dos pasos por el banquillo de Medellín, aunque no fueron afortunados y no logró estar más de una año en ambas ocasiones: en 1992 y 2000. Sin embargo, es bien recordado por ser el autor intelectual de aquella frustración de 1993 para los hinchas poderosos, pues el Junior que él dirigía le arrebató al conjunto antioqueño un título que llevaba siete minutos celebrando.

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