Si bien es cierto que la mayoría de mariscos y frutos del mar suelen ser saludables para el cuerpo, no se saben con exactitud los beneficios y/o problemas que estos podrían presentar en cada persona. En este caso, vamos a hablar de un pequeño crustáceo que es favorito de muchos y que a su vez, tampoco se conoce demasiado. De acuerdo a un artículo escrito en New York Times, los camarones son una buena fuente de proteínas, al mismo nivel que un filete de costilla por ejemplo.
Esto quiere decir que los camarones son útiles a la hora de aumentar la masa muscular y para el desarrollo del mismo. Por otro lado, tienen un alto contenido en calcio y vitamina B12, y como si fuese poco, son bajos en grasas saturadas, lo que hace que sean buenos para la salud del corazón. Aunque sí contienen niveles altos de colesterol, pero según indica la fuente mencionada, los expertos ya no se preocupan tanto por el efecto del colesterol alimentario en la salud.
El camarón contiene proteínas útiles para su cuerpo.
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Sin embargo, el marisco no posee los mejores beneficios nutricionales que uno espera. Las colas de camarones no son especialmente ricas en ácidos grasos Omega-3, hierro o yodo, destacan. Y es que alimentos como el pollo poseen más proteínas y otros productos del mar como las sardinas, el salmón y las ostras son mucho más ricas en nutrientes. No obstante, también hay que destacar que los camarones no suelen acumular toxinas ambientales, como el mercurio o las dioxinas.
Según explica el artículo, los camarones congelados pueden llegar a tener conservantes como tripolifosfato sódico y bisulfito sódico, que las personas sensibles a los sulfitos o los fosfatos deberían evitar. Por otro lado, en otros países, las granjas camaroneras también utilizan grandes cantidades de antibióticos para mantener sanos a los animales. Algunos de estos fármacos, como los nitrofuranos, pueden causar daños hepáticos y también desarrollar cáncer.