Mientras la atención está en Moscú, por la inauguración del Mundial, y en Krasnodar, por el escándalo de la destitución de Julen Lopetegui como técnico de la Selección de España y el nombramiento de Fernando Hierro en su reemplazo apenas a horas de su debut mundialista, la Selección Colombia trabaja en silencio, en Kazán, un día después de pisar suelo ruso.
Del “sueño, tres colores y 50 millones de corazones” que grita el lema del bus del equipo, hacen parte Abel Aguilar y Mateus Uribe, dos de los volantes que en apariencia están disputando el mismo lugar en el equipo titular del debut, contra Japón, el próximo martes 19, en la primera fecha del grupo H.
Aguilar, de 33 años, fue pieza clave de la Selección en el pasado ‘Mundialazo’ de Brasil (en el que Colombia avanzó a cuartos de final), pero esta vez apenas ha jugado 1.010 minutos en 14 partidos este año en el Deportivo Cali.
“La mentalidad está puesta en el trabajo. No escucho nada para bien, ni para mal. El fútbol es así: son situaciones distintas en cada momento. La Selección es muy importante, los jugadores debemos aceptar las críticas de buena manera”, dijo en Milán y agregó: “Cuando estamos en la Selección hay que unirnos, pues la Selección es de todo el país, no solo de unos. Siempre que nos ponemos esta camiseta queremos representar de la mejor manera siempre que podamos hacerlo".
Uribe, de 27 años y del América de México, dobla en números a Aguilar: 30 partidos con 2.345 minutos de competencia. En goles anotados, la diferencia es tremenda: por los 11 de Mateus, Abel anotó uno. Quizás ese pueda ser un factor de decisión de José Pékerman, el director técnico, para la primera alineación en el Mundial.
“Sé que todos los jugadores están al ciento por ciento y pueden hacer parte del once titular. Siempre tendré una buena actitud así esté de suplente o titular. Todos debemos 'jalar' para el mismo lado y esperar que el profe tome la decisión", dijo y agregó: “Me siento con mucha confianza porque sé que le puedo aportar grandes cosas a la Selección. Disfrutaré de este momento porque sé que son pocos los que se van a dar en la vida”, agregó cuando habló en Milán.
Aguilar y Mateus son dos de “un sueño, tres colores y 50 millones de corazones” que ya se montó en el bus del Mundial de Rusia.
Gabriel Meluk
Enviado Especial de EL TIEMPO
Moscú