Rusia derrumba sus barreras y le abre los brazos al Mundial

Desde este jueves correrá la pelota a la misma velocidad que se transforma una sociedad entera.

Mundial Rusia

El país está listo para que ruede la pelota y se dé inicio al Mundial.

Foto: EFE

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14 de junio 2018 , 08:08 a. m.

Caminar por Moscú es evitarle a la imaginación la tarea de recordar el pasado. El siglo XX se quedó a vivir aquí, con sus edificios grises y enormes, sus pisos de mármol oscuro, sus monumentos a ídolos que marcaron la vida de los padres y hoy ya nos les dicen nada a sus hijos y unos rostros
pálidos y esquivos que lentamente han ido abriendo paso a las sonrisas de los más jóvenes.

El fenómeno se siente a primera vista en el Metro, en el restaurante, en cada calle. Son los chicos amabilidad pura, dulzura, picardía. Son los adultos un mar de desconfianza, de molestia permanente, de hastío. Y se acomodan todos en una Rusia orgullosa, altiva, casi desafiante, que enfrenta los mismos problemas de todos pero aferrada al recuerdo de ser potencia mundial.

Rusia impone, no pide permiso. Así fue como logró convertirse en anfitriona de un Mundial cuando todo le jugaba en contra y así le abre las puertas al mundo hoy: ¡con autoridad! Y es que era impensable albergar una Copa del Mundo en un país como este, que obliga a hacer extensos recorridos, que por quedarse anclado en el pasado requería fortunas para modernizar los escenarios, las vías y aeropuertos; que ofrecía un clima hostil y que, como si fuera poco, obligaba a comunicarse en un complejo idioma que sólo se entiende, se habla y se respeta aquí.

Pero lo hizo Rusia porque lo hace siempre. Y a partir de hoy lo hará mejor, cuando ruede la pelota en el estadio de Luzhniki y la selección nacional enfrente a Arabia Saudí. No será un partido de fútbol más y ni siquiera será tan trascendental el resultado, pues la realización misma del torneo
en este país ya es una tremenda victoria.

  • El estadio se encuentra tres estaciones al sur de la Plaza Roja y tiene capacidad para 81.500 personas.
  • Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.
  • Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.
  • Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú. Así como los colombianos, presentes en el país.
  • Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.
  • Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú. Ningún impedimento aleja del Mundial, hasta se viaja en bicicleta.
  • Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.
El estadio se encuentra tres estaciones al sur de la Plaza Roja y tiene capacidad para 81.500 personas.

El estadio se encuentra tres estaciones al sur de la Plaza Roja y tiene capacidad para 81.500 personas.

Foto: Mauricio Moreno/CEET

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.

Foto: EFE

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.

Foto: EFE

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú. Así como los colombianos, presentes en el país.

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú. Así como los colombianos, presentes en el país.

Foto: EFE

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.

Foto: EFE

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú. Ningún impedimento aleja del Mundial, hasta se viaja en bicicleta.

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú. Ningún impedimento aleja del Mundial, hasta se viaja en bicicleta.

Foto: EFE

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.

Los hinchas de sus selecciones no se quedan atrás y prenden la fiesta en Moscú.

Foto: EFE

El Mundial acaba siendo una excusa para mostrarle al mundo que se acabó el cliché, que Rusia es grande porque así la hicieron los suyos, a fuerza de disciplina, de firmeza, de ser impecables. Es innegable la fortaleza y el respeto que inspiran como sociedad, apelando a una perfección que
empieza en el detalle de unas calles y un sistema de transporte sin mancha, hasta llegar a la apabullante aparición de figuras en el arte, la ciencia, la tecnología, el deporte total... brillan siempre y en todo.

Aparecerán los escenarios llenos a partir de este jueves, pues se han vendido ya más unos 2,4 millones de boletos. Solo los locales serán mayoría, aunque sus ‘archienemigos’, los estadounidenses, consiguieron casi 900 mil entradas y sólo los brasileños superaron a los colombianos en la lista de solicitantes extranjeros. Será una fiesta multicolor, justamente lo que le hace falta al gris predominante en la vida de los rusos.

Traer la mirada del mundo aquí es, otra vez, un golpe de autoridad. Después pasará cualquier cosa: se irá Rusia de la competencia sin apenas brillo a pesar de ser local, mirará cómo otros van encumbrando a sus estrellas y van sumando copas al palmarés, chocarán contra selecciones a las que hoy muchos desprecian y sufrirán los rigores del VAR, del favorito que se queda sin técnico a horas del debut (España) y de cualquier otra eventualidad... El azar del fútbol se escapa ya de su control. 

Al final, Rusia dirá: добро пожаловать. Y nos hará a saber que eso traduce ‘Bienvenidos’. Y nos hará hablar de ella de día y de noche desde hoy y hasta el 15 de julio. Se ha salido con la suya… ¡felizmente!

Jenny Gámez
Editora FUTBOLRED
Enviada especial en Rusia

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