Juan Pablo Ramírez ha vivido una historia particular con Atlético Nacional. Un amor que parece ser imposible para el talentoso volante, que ha ido y vuelto al club antioqueño, en el que ha sido criticado porque no ha podido consolidarse.
El ‘Indio’ lleva al verde en su corazón, pero es resistido por su irregularidad y los aficionados se han metido con él en varias ocasiones. No le han dado espera, y aunque este semestre tuvo más oportunidades de parte del técnico Juan Carlos Osorio, el jugador estaría a punto de tirar la toalla.
No se trata de mentalidad, o de capacidad, Ramírez sabe que puede dar un salto de calidad en Nacional y que lo mejor está por venir. Solamente la afición es la que no le está dando los tiempos para que explote todo su talento y lo pueda poner al servicio del club.
El gran problema de Juan Pablo Ramírez fue descrito por el mismo jugador, en una angustiosa confesión a la prensa antes de viajar a Cúcuta, en donde este miércoles terminará el año de competencia en el partido de la sexta fecha de los cuadrangulares.
Ramírez contó que la presión y el maltrato que han recibido su esposa y su hija, lo tiene muy mal y por eso daría un paso al costado y buscaría un equipo para continuar su carrera.
“Más que todo es por la tranquilidad de mi familia. Mi esposa (Alejandra) y mi hija (Salomé) no podían salir a la calle, mucha gente no dimensiona las capacidades que pueden tener estos actos. A mí me pueden decir todo lo que quieran, yo me aguanto, pero con la familia es complicado. Es ahí donde tomo la decisión de pensar en un futuro, un nuevo aire”, aseguró el ‘Indio’.