La Fórmula 1 tiene un nuevo movimiento político importante. Y es que el presidente de la FIA, Mohammed Ben Sulayem tendrá menos presencia en el día a día de la máxima categoría del automovilismo.
La determinación del dirigente se da principalmente por la tensión que tuvo con la F1 en donde tomó la determinación de que varios equipos comenzarán su proceso para entrar a la categoría, una cuestión que la misma no venía manejando ya que consideran que el equipo que entre debe ingresar con un valor agregado a la categoría, cuestión por la que ninguna propuesta está siendo tomada en serio.
Esto principalmente se da por la posibilidad de que el equipo Andretti Cadillac entre la categoría. De hecho, Ben Sulayem no estaba contento con que hubiese tanta crítica por la posible entrada de la escuadra estadounidense.
De igual manera, otra tensión que hubo fue sobre la posibilidad de que Liberty Media, dueña de la F1, vendiera por 20.000 millones de dólares al fondo de inversión de Arabia Saudita. Ante esta noticia, el presidente de la FIA calificó el precio como muy inflado a lo que Liberty contestó que sus palabras "sobrepasan los límites tanto de las competencias de la FIA como de sus derechos contractuales".
Dicho esto, el presidente de la FIA adoptará un rol menos expuesto con tal de que sea del agrado de los equipos y de Liberty Media.
Cabe señalar que Mohammed Ben Sulayem aseguró que le dejará el rol que tenía a un equipo de gestores en el que está incluido Nikolas Tombazis quien será el contacto diario del presidente y le contará sobre los asuntos de la F1.
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