Arabia Saudita en el mercado de verano realizado en agosto revolucionó el fútbol mundial ya que con una gran inyección dinero convencieron a varias estrellas de Europa para que fueran a jugar en la liga de ese país.
Las llegadas relevantes a este torneo se dieron desde enero de 2023 cuando Cristiano Ronaldo llegó a Al Nassr gracias a la importante suma de dinero que invirtió el príncipe heredero Mohammed Bin Salman Bin Abdulaziz Al Saud.
El proyecto de traer a los jugadores fue ejecutado gracias al Fondo de Inversión Pública (PIF) que es dueño de los cuatro grandes clubes de Arabia: Al Hilal, Al Nassr, Al Ittihad y Al Ahly que sacudieron el mercado invirtiendo 1.000 millones de euros en fichajes.
De esta manera se trajo a nombres como los de Sadio Mané, Riyadh Mahrez, Roberto Firmino, Gabri Beiga, N’golo Kanté, Aymeric Laporte, Karim Benzema entre otros.
De hecho, la Liga Árabe se posicionó como la segunda liga que más gastó en todo el mercado de verano por detrás de la Premier League.
Pues bien, seis meses después la situación es muy distinta. Se esperaba que en el mercado invernal que cerró este martes en Arabia se dieran nuevas incorporaciones de grandes nombres, pero al contrario el gasto de fichajes de la liga fue casi nulo.
Esto se debe a que el PIF a principios del año impuso un límite para fichar en esta ventana y dejó en manos de cada club y sus arcas la opción de reforzarse en este mercado. Sin el apoyo del PIF, el gasto bajó hasta casi un 100%.
Ante esto, solo se invirtió 23 millones de euros que fueron los pagados por Al Hilal para el traspaso de Renan Lodi desde Marsella. El resto de las incorporaciones han sido sin coste alguno o por cesiones donde destacan la de Ivan Rakitic a Al Shabab.
_7.png)
