Lionel Messi sacó una genial actuación en el estadio de Lusail, llevando a Argentina a la final de la Copa del Mundo, a la espera de quién sea su rival, entre Francia y Marruecos, que disputarán el otro cupo este miércoles.
Cada paso que dio el capitán en la cancha de Doha fue sinfonía pura para cada uno de los espectadores en el escenario, además, de los millones que lo presenciaron en sus televisores, en todo el mundo. Un juego más donde el legendario zurdo mostró su calidad, pero, también rompiendo una vez más ese paradigma de que no aparecía en los juegos vitales.
Así ha sido durante toda la Copa del Mundo, mostrando porqué lleva la cintilla de capitán, no solo por sus goles, sino por el desequilibrio que ha causado en todas las zonas de la cancha, jugando libre en todo el frente de ataque.
Atrás quedaron las derrotas en la final del mundo contra Alemania, sumando las caídas en Copa América contra Chile, donde incluso, habló de la renuncia a la albiceleste. Desde la prensa y la misma afición se le criticó hace más de 10 años, porque en Sudáfrica no apareció, que en la Copa del 2011 era uno más.
Brasil 2014 le ayudó a mejorar esa imagen negativa, pese a ganarlo todo en su momento con el Barcelona. La derrota en Rio de Janeiro contra Alemania fue uno de esos que, para los críticos, sirvió como excusa para menospreciar al 10.
De a poco, el capitán tomó las riendas y mostró esa jerarquía, que para algunos era necesaria que la sacara con Argentina. No solo en cada uno de los duelos en Catar 2022, además, es el goleador del equipo.
Uno de esos momentos complicados fue en la clasificación a Rusia 2018, donde una victoria contra Ecuador en la última fecha era obligación para llegar al Mundial, triplete para el capitán, para evitar la catástrofe.
En la Copa América del 2021 también mostró eso, sacándose la mufa de no levantar trofeos y ganando la final, nada más que contra Brasil en el mítico Maracaná. Ahora, es el comandante en Doha y que ha llevado a una nueva chance para la albiceleste, de conquistar esa tan anhelada tercera Copa del Mundo.