Ser el líder de la tabla de artilleros de la Liga colombiana era impensable, hasta hace un año, para Vladimir Hernández. Aunque era un volante ofensivo, que pisaba con frecuencia el área rival, las cifras goleadoras en su carrera no eran las mejores.
Pero en 2015 explotó mejor esa condición y marcó 14 goles con Junior, sumando todas las competiciones. Ocho de esas conquistas fueron en la Liga II, en la cual quedó como cuarto mejor goleador, detrás de Jéfferson Duque (14), Hárold Preciado (12), Roberto Ovelar y Juan Fernando Caicedo (9).
Y una espectacular chilena marcada el semestre anterior, en un duelo en el que le ganaron a Deportivo Cali en Barranquilla, fue escogida como el mejor de la Liga en 2015.
En el presente torneo ya lleva cinco tantos anotados, dos de ellos de pena máxima. Su ilusión sigue siendo hacer parte de la Selección Colombia y aspira que lo que viene haciendo con Junior le brinde esa posibilidad. Por lo pronto, el mes pasado estuvo en el microciclo de trabajos con José Pékerman, en Bogotá.
“Contento por lo que se viene aportando al equipo, no solo en goles, sino en fútbol, y ayudando cuando no se puede tener la pelota y siempre soñando con poder estar en la Selección. Estar ahí no es fácil, pero hay que seguir preparándose y dar lo mejor en cada partido”, manifestó el araucano, quien debutó con Junior en 2008, con 19 años.
La explicación para ser ahora un jugador más efectivo contra la portería adversaria no tiene discusión para Vladimir. “Ya tengo más experiencia, quizás antes tenía varias oportunidades y no lograba concretarlas. Soy un jugador que le gusta pisar el área, porque los goles están ahí, cerca del arquero contrario”.
De todos los goles que ha marcado en el actual torneo, Vladimir Hernández destacó el que le hizo a Deportivo Pasto, en el juego que terminó 2-2. “Fue un bonito gol por la elaboración y el gran pase de Jorge Aguirre. Lástima que no nos alcanzó para ganar ese partido”.
Manuel Ortega Ponce
Redactor de ADN
Barranquilla

Vladimir Hernández en sesión de entrenamiento con Junior de Barranquilla.
Foto: Guillermo Gonzáles/EL TIEMPO