Miguel Ángel Russo no pasa por su mejor momento como técnico de Millonarios. En este segundo semestre, el ‘embajador’ ocupa la casilla 14 en la Liga II-2017 y apenas ha sumado un punto en tres partidos de local; además, viene de un pálido empate 0-0 contra Junior, en la ida de los cuartos de final de la Copa Colombia.
La ausencia de buenos resultados, la falta de definición y algunos problemas defensivos, tienen en punto de discusión la continuidad del entrenador argentino. Por lo menos eso se nota en las redes sociales y en las tribunas del estadio El Campín, en donde los aficionados han manifestado su inconformidad con Russo y, especialmente, con la dirigencia albiazul.
Sin embargo, se abre una incógnita: ¿Vale la pena que se vaya Russo y que haya que empezar un nuevo proceso? Los antecedentes indicarían que esa decisión, que se ha tomado con tres de los cuatro últimos técnicos salientes, no ha dejado buenos réditos.
El título de 2012 no trajo la estabilidad esperadaDespués de 24 años de sequía, Hernán Torres le dio la estrella 14 al equipo albiazul. Se auguró crecimiento, volver a estar en la élite del fútbol colombiano y mayor participación internacional. No obstante, el proceso de Torres duró un año más, 18 meses en total. El DT tolimense se fue después de dirigir 108 partidos (en todas las competencias) y de dejar un título y un rendimiento del 53,3%.
Desde ese momento, por Millonarios han desfilado 6 técnicos en los últimos tres años y ocho meses, contando a un interino que dirigió tres partidos.
El primero en entrar en esa dinámica fue el español Juan Manuel Lillo. El actual DT de Nacional duró 8 meses en el ‘embajador’: estuvo en 41 partidos (15 ganados, 11 empates y 15 perdidos) y tuvo un rendimiento del 45,5%.
El proceso de Lillo se cortó en medio de la Liga II-2014 y llegó el argentino Ricardo Lunari. El exfutbolista e ídolo albiazul duró un año y dirigió 48 partidos (18 victorias, 15 empates y 15 derrotas). 47,9% en su balance.
El uruguayo Rubén Israel llegó a mitad de temporada en 2015-II y también duró un año. 12 meses más de sufrimiento y falta de satisfacciones para el hincha. Israel también estuvo en 48 juegos y su balance fue del 54,1%. Así, mientras se buscaba un nuevo técnico que llegara en medio de la tormenta, apareció Jorge Serna: el ‘Chamo’ dirigió 3 partidos, ganó 2 y perdió 1…su balance dice que el rendimiento fue del 66,6%, así haya sido por tan corto lapso.
Luego llegó Diego Cocca. Duró 4 meses, dirigió 11 partidos y también rindió un 66,6%. El argentino ilusionó con sus cifras y su juego de ataque, pero a finales de 2016 decidió irse a Racing y dejar a Millonarios en el limbo.
La dirigencia azul, reconocida por su lentitud para actuar, esta vez sí solucionó a tiempo. Miguel Ángel Russo llegó pronto a dirigir a un equipo que no había armado. El primer semestre fue bueno, Millonarios llegó a la semifinal de la Liga I; pero su equipo fue diezmado por las transferencias de Déiver Machado, Óscar Barreto y Cristian Arango a Europa, además de la salida de Pedro Franco, quien regresó al Besiktas turco.
Para reemplazar a los futbolistas salientes, no hubo respuesta positiva de los directivos y Russo aguantó en silencio la falta de refuerzos. Ese silencio cómplice lo condena en estos momentos.
Por ahora parece haber apoyo a Russo y su trabajo. Sin embargo, el ‘modus operandi’ de la dirigencia deja la puerta abierta a un recambio, a acabar con otro proceso y a volver a traer otro entrenador que no se responsabilice este año y se pierda la temporada.
Redacción Futbolred

Cuatro partidos sin ganar en casa (3 de Liga y 1 en Copa) lleva el Millonarios de Russo.
Foto: Héctor Fabio Zamora/ETCE