En los dos años que Michael Ortega lleva en Junior, casi siempre ha estado inmerso en una historia de desamor con la afición. En eso ha tenido mucho que ver su rendimiento con el equipo, que, para muchos, no ha sido el esperado.
Esa, quizá, fue una de las razones por las cuales cantó a rabiar el gol que le marcó el domingo a Alianza Petrolera y con el cual le dio la victoria al conjunto rojiblanco. Fue una especie de desahogo por tantas cosas que le ha tocado vivir con la camiseta de Junior. Él mismo reconoció que hace rato no sentía una emoción como esa y que la mencionada anotación ha sido la que más ha gritado en su carrera deportiva.
¿Cómo recibió ese gol ante Alianza?
“Los goles que han llegado en este semestre han sido fundamentales. Estoy agradecido con Dios por esas bendiciones que estoy recibiendo. Ojalá las cosas sigan mejorando, hacía tiempo que no sentía eso y hacer un gol ustedes saben toda la emoción que produce”.
¿Es el gol que más gritado con Junior?
“Sí, y creo que en toda mi carrera. Fue un gol que movió muchas emociones. Estoy feliz con Dios por esa bendición, pero creo que lo más lindo fue la importancia que tuvo ese gol”.
(Gol de Michael desde el segundo 52)
¿En Junior han sido más las cosas buenas que las malas que ha vivido?
“Han sido más las cosas buenas, por ahí las malas siempre van a llegar y son cosas de la profesión de uno. A veces uno trata con las cosas buenas borrar las del pasado, pero son cosas que me he ganado y tengo que asumirlo. En estos momentos, me siento con una paz interior, aferrado a Dios, tranquilo y tratando de darle la mano al equipo cuando se puede”.
Desde que Pékerman habló de usted le han pasado muchas cosas buenas…
“Muy lindas, como el pase gol (frente a Millonarios), tuve un momento muy bueno contra Águilas, el gol (a Alianza Petrolera), todo se lo debo a Dios. Desde que entregué mi vida al Señor todo ha cambiado de una manera impresionante. En Junior he tenido momentos difíciles, pero nunca había decidido dar ese paso tan grande, siempre hubo una pared que me lo impedía. Lo importante es que nunca he agachado la cabeza y con eso me siento bien, de que a mis hijos los puedo mirar a la cara y decirles que no se rindan nunca, porque su padre no ha hecho eso. Estoy aferrado a Dios y las bendiciones han llegado, las puertas se han abierto para bien del equipo también”.
¿Cuándo decidió entregarse a Dios?
“En el partido contra Patriotas me entregué 100 por ciento a Él y estoy feliz porque ha cambiado mucho mi vida personal, mi vida familiar y me siento completamente tranquilo, con una paz interior. Uno ya mira las cosas de otra manera, mira las oportunidades y trata de que las cosas vayan mejorando cada días más”.
¿A qué iglesia asiste?
“A la iglesia Altar de Dios, todos la conocen porque allí también va Johnny Vásquez. Me siento feliz ahí y, ante todo, jugando para Dios, toda la gloria se la he dado a Él y me ha servido mucho, no solo por el fútbol, sino por mi vida personal. Es una decisión que me ha ayudado mucho porque cuando te sientes tranquilo en familia, te vas a sentir bien en el trabajo”.
¿Qué pensó cuando vio que era el hombre a salir?
“Yo sabía que iba a salir, pero cuando es así, hasta el último segundo, uno tiene que estar dispuesto a dar todo. En Bogotá el ‘profe’ me utilizó cinco minutos y puse el pase gol (para Guillermo Celis) y el equipo mejoró mucho. Son momentos en que uno tiene que ayudar al equipo y hay que estar preparado para todo eso. Son cosas que he cambiado con la ayuda de Dios”.
Manuel Ortega Ponce
Redactor de ADN
Barranquilla

Michael Ortega (izq.), durante una práctica de Junior.
Foto: Guillermo González/EL TIEMPO