Cortuluá hizo la tarea y volvió a festejar en El Campín. Le empató a Santa Fe 1-1 y logró clasificarse las semifinales de la Liga, al superar al equipo bogotano en el marcador global por 3-2. El técnico del equipo vallecaucano, Jaime de la Pava, elogió el comportamiento de sus dirigidos, que nunca desistieron y lucharon por conseguir el resultado.
“El equipo hizo un buen trabajo para cerrar el juego, hemos adquirido madurez por la acumulación de trabajo, se ha logrado fortaleza y carácter para jugar de visitantes”, afirmó.
Al meterse entre los cuatro mejores equipos del fútbol colombiano, el conjunto tulueño tiene ambición para seguir dando sorpresas y dejar en el camino a otro grande. “Seguimos mirando hacia adelante, muchos no nos daban como favoritos en esta instancia. Confió en el equipo, que está logrando solidez en su fútbol, van a ser clave los regresos de Daniel Buitrago y Yonni Hinestroza. Ahora tenemos que esperar por Medellín”, dijo De la Pava.
Sobre el éxito que ha logrado con el ‘equipo corazón’, el estratega aseguró que hay una unión importante en el grupo, en el que prima el compromiso y los objetivos en común.
“Cuando todos en el equipo hablamos el mismo idioma, nos conectamos. Más allá de ser un equipo de fútbol somos una familia. Acá no hay egos y todos tiramos para el mismo lado”, agregó.
El valioso paso del equipo tulueño emocionó a De la Pava, quien le dedicó el resultado a los hinchas y dirigentes. “Este triunfo es para el pueblo y para los directivos del equipo, que en los momentos difíciles pusieron el pecho para sacar esto adelante”.
Por último, el estratega destacó las condiciones de Miguel Ángel Borja, quien no tuvo un buen paso por Santa Fe y se consolidó como goleador de la Liga I-2016, con 16 anotaciones.
“Para nosotros, tener a Miguel ha sido una gran bendición, le abrimos la puerta para que viniera y saliera goleador, se lo merece todo. Fue una apuesta institucional importante y se le han dado las cosas”, finalizó el DT.
Redacción Futbolred
Cali

Jaime de la Pava, entrenador de Cortuluá.
Foto: Juan Pablo Rueda/EL TIEMPO