Decía el libreto que, a estas alturas, Medellín estaría contando las horas para el partido de vuelta de la final, frente a Junior. Se suponía que el capítulo de Barranquilla se habría escrito ya y que todos tendrían sus conclusiones de cara a la revancha. Pero la realidad es que pasan los días y la tan anhelada final no llega y la ansiedad ya empieza a hacer mella, incluso en los más veteranos.
A todos, menos a David González, el rockero que era el campeón con el ‘Poderoso’ en 2002 y que quiere levantar el trofeo 16 años después, les hace daño el tiempo.
¿Cómo está el grupo después de esta espera por la final?
El equipo está 100 por ciento concentrado, motivado, han sido dos semanas de buen trabajo y recuperarnos, teníamos partidos muy seguidos. Mantenemos la concentración, el enfoque, sabemos lo que queremos y estamos ya es un poco ansiosos de que lleguen los partidos.
¿Sirvieron los ensayos previos para ganar competencia?
A estas alturas no necesitas pruebas. Un amistoso ahora puede generar temor en algunos jugadores, no vas a entrar a una pelota dividida de buena forma, aquí es exponerse a que una lesión te pueda sacar de la final… No había necesidad, pienso que se entrenó bien, con trabajos exigentes con los chicos de divisiones menores y ahora es estar tranquilos y mantener el rumbo que traíamos.
¿Ya no se habla del aplazamiento de la final?
Eso no toca tanto a los jugadores. Cuando se ganó en Ibagué y se supo la intención de Junior, hicimos fuerza para que no fuera así, nos parecía que lo justo era terminar como estaba estipulado. Pero después, ya sobre la decisión no entramos a pensar nada, ni a quejarnos, ni a imaginarnos lo que pudo ser y no fue. Simplemente, nos queda seguir trabajando, estamos preparados y llegamos de la mejor manera.
¿Llega ese mensaje o hay mucha tensión propia de las finales?
Yo siento muy tranquilo al equipo, concentrado, convencido y con hambre, que es lo que queremos. Ha sido así todo el semestre, independientemente de los altibajos que pudimos tener. Es un grupo que siempre estuvo enfocado. Desde el día uno los más grandes del equipo trazamos el plan de ser campeones, igual en el partido de la primera ronda que en estos de las finales. El objetivo ha sido siempre el mismo. No vamos cambiar nada ahora.
González, campeón en 2002 con Medellín
Foto: Archivo
Sirve, sin duda, esa voz de experiencia suya…
Todo sirve, especialmente en el previo a los partidos, en los que hablamos, tratamos de darles seguridad, tranquilidad, confianza. Luego en la cancha depende de cada uno, no importa si es joven o veterano. Tenemos mucha confianza y estamos convencidos de que haremos una buena final.
¿Qué imagen le dejó el Junior de la final en Copa Suramericana? ¿Preocupa?
No quiero entrar a hablar de falencias de un equipo que juega dos finales al tiempo,. Si es así es porque tiene muchas más cosas positivas que negativas. Tiene jugadores desequilibrantes, que te marcan diferencia individualmente. El partido fue un esfuerzo alto y fuera de eso, sicológicamente, con el penalti desperdiciado, quedan tocados. Sabemos que de haber ganado 2-1 el ambiente sería distinto, tal vez por eso tendrán la cabeza muy metida en lo que pase en Brasil. Pero eso, así como puede generar desconcentración, también puede ser una motivación adicional. Es un gran equipo.
