El duelo entre Tolima y Nacional no fueron solo 90 minutos en el Manuel Murillo Toro, pues el estudio previo sirvió para que Jorge Almirón encontrara las virtudes de su rival y las anulara por completo.
Fue así como el entrenador argentino apostó con Diego Braghieri como lateral por izquierda y le dio una sola orden: una marca personal a Sebastián Villa, el volante más desequilibrante del conjunto pijao. La apuesta le funcionó, pues el joven no pudo con el experimentado hasta que estuvo en el campo.
Sin embargo, la táctica de Alberto Gamero tuvo sus frutos por otras vías y por el medio se juntaron Rafael Robayo, Yohandry Orozco y Ángelo Rodríguez. El tridente funcionó en los primeros minutos, pero poco a poco el verde supo organizar y sacar de partido al venezolano.
Otra de las bajas que no supo solucionar en el campo Gamero fue la salida de Rodríguez. Si bien el cambio fue por Marco Pérez, el verde supo controlar la forma de jugar del pijao y no encontró la fórmula para acabar con una defensa sólida. Fue hasta el minuto 33 que cambió dos jugadores (Carrascal y Ramírez por Robayo y Albornoz) y buscó algo diferente, a tal punto que apretó un poco a Nacional, pero no fue suficiente para anotar el empate.
El planteamiento de Almirón fue correcto en todas sus líneas. Dejó por fuera a Macnelly Torres y apostó por otro experimentado como Aldo Leao Ramírez y con Reinaldo Lenis, quien jugó en la titular por Vladimir Hernández, encontró la explosión y el desequilibrio por el sector izquierdo de su ataque.
Con los cambios, ingresó Raúl Loaiza por Aldo Leao y Rafael Delgado por Braghieri, Almirón cerró el partido cuando el marcador estaba 0-1. Ese resultado es garantía de local, pues allí no ha perdido en todo el semestre.