Pasaron once años, un descenso, una larga lista de tristezas y al fin, por fin, la hora de abrazarse y gritar campeón. América de Cali es 14 veces campeón de Colombia tras una victoria incontestable por 2-0 contra Junior.
Ante su apasionada afición, el rojo se coronó en un partido intenso en el primer tiempo, luchado en el segundo y muy digno de dos equipos históricos del país, que apostaron con sus armas por la corona, que al final se tiñó de rojo.
Fue todo difícil, todo luchado. Un lujo de Vergara, en el control a los 2 minutos, despejaba las dudas: ¡nada de nervios! Pero tampoco había miedo en el rival, a los 6 minutos, en una de sus habituales demostraciones de talento, de media vuelta y sin dudar, rematando apenas arriba de los dedos de Volpi, que se estiraba cuan largo es, haciendo sombra a un intento que sorprendió a los locales.
Pero la fiesta se teñiría de rojo a los 19 por obra y gracia de los que saben: espectacular centro de Vergara, cabezazo letal de Rangel que se estrelló en el travesaño y se metió al arco al golpear la espalda de Viera y sí, rienda suelta a un grito ahogado por once años: ¡Y dale, y dale, y dale rojo dale!
Pasaron 31 minutos para que Junior reaccionara y esos mismos para que la reconciliación del brasileño con la hinchada se consolidara: ¡un atajadón en el mano a mano con Teo ilusionó al portero!
¿No pudo el visitante? ¡Pudo el local! Velasco avanzó con tranquilidad, esperó la llegada de Sierra y este entró con valentía, atacando la pelota y sorprendiendo a la pasiva marca visitante, que vio caer el segundo y otra vez soportó la misma melodía: ‘Dale rojo, dale’.
Vendría la polémica sobre los 40 minutos: una mano en el área roja que no se pitó como penalti y luego otra jugada de gol del Junior, que primero se analizó en el VAR por falta de Mera a Volpi y liego acabó anulada por un fuera de lugar, sutil pero al fin adelantado, del defensor del Junior.
Era de esperarse la reacción de un digno Junior, que al 48 ya alertaba con un tiro libre peligroso del arquero Viera y a los 51 metía miedo con la sociedad Teófilo-Sandoval y una aparición milagrosa de Sierra para reventar la pelota.
Ganaba en intensidad del partido y pronto el libreto de Barranquilla se seguía también en Cali: se refugiaba el local y apostaba por el contragolpe y Volpi atrás resolvía las dificultades.
Y ese marco intentaba América a los 64 llegar al tercer tanto, una rápida salida de Quiñones, falta violenta en su contra, centro de Cabrera a Rangel y por centímetros no logró llegar el goleador. Y al 66 otra vez Sierra, extrañamente solo en el área rival, enviaba afuera el cabezazo.
El tiempo jugaría en contra de la intención del Junior, que tenía la pelota pero no encontraba un solo espacio en el camión que parqueaba América frente a su arco, con Segovia y Torres simplemente invencibles y Paz y Carrascal y Sierra multiplicándose en el medio por mil. No había manera de perforar ese muro.
Y esa impotencia jugó contra el visitante, que con el tiempo fue perdiendo la paciencia y apostando a la pierna fuerte, hasta que perdió a uno de sus efectivos: por falta durísima a Vergara, Piedrahita vio la segunda amarilla y salió expulsado, y de paso le dio un puñatazo a Carrascal, para coronar su mal partido en el Pascual.
Por las dudas, a los 86 Volpi voló al remate de Cantillo y ni siquiera cedió rebote. Arquerazo.
Faltó el de Duván Vergara, que medía a Viera a los 89 e intentaba un lujo que infortunadamente no le salió, y el de Michael Rangel, quien no se prodigó en marca por su equipo antes que jugarse la vanidad individual.
El humo cubrió la cancha. Carrascal salió en medio de aplausos. El júbilo se instaló en los corazones de los 40mil que afortunados en las tribunas y los miles y miles que celebraron en distintos lugares del país. ¡América es 14 veces campeón! ¡América está de vuelta! Terminaron once años de ayuno ¡Dale rojo, dale!