Arriesgar o no arriesgar: la nueva disyuntiva de James en Real Madrid

El colombiano se recupera con el clásico a 5 días y la necesidad de volver a sentirse importante.

James David Rodríguez Rubio - Real Madrid

Foto: Archivo

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14 de diciembre 2019 , 09:17 a. m.

James Rodríguez termina el año 2019 como temía: fuera de los planes de Zinedine Zidane por lesión y perdiendo terreno con los rivales, actuales y futuros, que tiene en Real Madrid.

Hace 30 días ya que sufrió el esguince en el ligamento de la rodilla izquierda, en un entrenamiento con la Selección Colombia, que inicialmente daba para una incapacidad cercana a las dos semanas, pero que, como ya es casi usual en su caso, se ha tomado un tiempo más.

Y eso no es lo más preocupante: ya son 53 días sin jugar un partido oficial del Real Madrid, desde aquel partido contra Galatasaray, en Estambul (22 de octubre), donde fue suplente y apenas estuvo 11 minutos en la cancha, ya con el partido cerrado a favor de los españoles.

En el intermedio, Zidane encontró soluciones en las posiciones donde alguna vez echó mano del colombiano: Valverde desplazó a Kroos y Modric en la lista de prioridades y Rodrygo se quedó con el lugar de Vinícius, Lucas, Isco, Bale y claro, James.

La realidad, tan conocida ya, de ser más parte de la llamada 'Unidad B' que de los indiscutibles, ha vuelto a rondar, pues cuando estuvo disponible el francés lo relegó. Por si faltaran razones para aumentar la presión, su nombre ahora como moneda de cambio y hay quien asegura que este mismo invierno podría salir.

Todo eso está ahora en el panorama del colombiano, quien intenta mantenerse al margen y concentrarse exclusivamente en su recuperación, que ya parece cercana. ¿Tanto para estar listo en cinco días y disputar el clásico contra Barcelona? Es un hecho que no, pues aunque tuviera alta médica no tiene alta competitiva, menos para un duelo de tan alta exigencia.


Pero incluso si la tuviera: ¿valdría la pena arriesgar solo para estar en la carpeta? La realidad muestra que siempre que presionó para volver a estar disponible sufrió recaídas. Y en ese proceso se ha perdido la mitad de los partidos del equipo en la temporada.

James ha ganado estabilidad emocional con la llegada de su hijo Samuel y parece haber aprendido la lección de ocupar todos los días necesarios en la recuperación. Nada ganará si se apresura. La prioridad esta vez debería ser él y no su club.

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