EL colombiano Luis Díaz fue suplente en el duelo complicado que afrontó Liverpool en casa de Inter de Milan, que ganó por 0-2 en la ida de los octavos de final de la Champions League.
Luis Díaz sabia que tenía que hacer la fila detrás de Mané y no tuvo problema. Por fortuna para él no fue un partido muy lucido del campeón africano y eso precipitó su salida.
A los 57 minutos llegó Luis Díaz al partido por Mané. Se dice tan rápido que un colombiano reemplaza al campeón de África... Pues eso hizo el guajiro.
Y su primera acción fue una sutileza, se asoció con Alexander-Arnold, trazó la diagonal y metió un tremendo remate llegando por derecha que le sacó el portero... el punch que quería Klopp en un instante.
A los 66 lo buscó Henderson en un cambio de frente y soltó un remate de media distancia que salió abierto pero dejó un mensaje: le creen y lo buscan sus compañeros.
Una vez más se animaría Díaz, pero le quedaba corto el pase de Salah primero y luego se le quedaba un centímetro atrás el balón, a los 88, cuando buscaba su gol. Pero parecía cómodo el colombiano, como si hubiera estado en esa plantilla por años, y apenas si lleva unas cuantas semanas.
Díaz cerraba su partido mostrándose por todo el frente de ataque y no tan pegado a la banda izquierda, que suele ser su zona natural: esta vez apareció por el medio cuando Salah fue a la derecha y volvió a su zona, con el buen respaldo de Robertson, cuando el egipcio apareció en el área.
El colombiano coronó 32 minutos de puro cumplimiento, pues Klopp logró su cometido de darles un dolor de cabeza a los zagueros italianos y abrirle espacio a Firmino, autor del primer gol, el que abrió la lata de un partido que siempre favoreció, en dominio y opciones, al Inter. El tema es que a Liverpool lo que lo hace tan fuerte es la contundencia y eso no lo olvidará Inter.
Para Díaz sigue pendiente el gol, pero seguro ya llegará, pues lo ha hecho todo bien para merecerlo.
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