¡Gracias a Dios se acabó la llave! La ida un poco menos, pero la vuelta fue un partido plano, chato, anodino para unos cuartos de final de una Europa League.
Lo ganó Juventus porque hizo los goles con 1-1 en este partido de vuelta, que dejó el global 2-1. Lo perdió Sporting porque se hubiera podido ahorrar la ida al estadio, en un duelo que tenía que ganar pero que casi ni disputó.
En el plan estaba que Sporting en casa, perdiendo la serie 1-0 y con el público de su lado, atacaría con todo desde el pitazo y eso abriría espacios.
Así, tal cual, llegó el primer gol del partido... pero para su rival: tiro de esquina de Alex Sandro, pelota al medio del área, sucesión de rebotes y Rabiot la mandó a guardar. Solo se habían jugado 9 minutos.
Pero a los 18 vino un error claro de marca del local, mucha libertad por la banda izquierda para dejar venir a los portugueses, deficiente rechazo y de inmediato respuesta y vida para el local: falta en el área de Rabiot contra Ugarte, cobro de Edwards al medio, 1-1 el marcador y 2-1 la llave a los 20 minutos de juego.
Y eso, contrario a lo que pudiera pensarse, le hizo un daño tremendo al partido: Juventus, consciente de su ventaja, se replegó y Sporting, el de la obligación no volvió a poner nervioso a Szczesny , en una mezcla de imprecisión y falta de ambición que planchó el partido.
Así hasta los 70 minutos cuando primero se acordó del arco rival Ugarte y luego Cuadrado, ambos con remates desviados. Era poco, pero algo para un somnífero como el que se padecía en Portugal.
Por fin los técnicos se animaron a hacer cambios y hasta los 80 volvió la emoción, tarde, como Coates cuando se perdía el gol que igualaría la suerte en el último minuto.
Sporting mereció la eliminación por pura falta de ganas y Juventus, que ha tenido unos últimos días de buenas nuevas, se encamina a la semifinal de Europa League.