Tenía que ser una fiesta y fue una tarde poco feliz en Bérgamo, soleada pero rara, con tres colombianos en cancha.
Atalanta no pudo cuajar una buena presentación y acabó cayendo en casa por 0-1 contra un Juventus que no fue un lujo pero sí resultó más efectivo.
La madrugada fue casi en vano pues el primer tiempo se fue en cálculos defensivos, y ni un solo remate al arco, de ninguna de las escuadras, y de hecho antes del descanso hubo una única ocasión de Koopmeiners que resolvió Szczesny.
Era titular Zapata pero disponía de muy pocas pelotas limpias de sus compañeros, en gran parte porque era Cuadrado, también inicialista en el visitante, el que ganaba los duelos por su banda para neutralizar el ataque.
Para el complemento fue por los puntos Juventus, adelantó líneas y se apuntó un par de intentos hasta que Rabiot rompió y ganó: se proyectó en velocidad con velocidad y control casi hasta la raya y desde ahí metió el centro al joven británico Iling, quien celebró su primer tanto en Serie A.
Hubo necesidad de acudir a los 60 minutos a un Muriel y el local sin duda mejoró, pero no alcanzó para hacer diferencia en el arco de Juventus: un par de buenos centros y poco más.
Cantos racistas en el campo obligaron a parar por un momento el partido al cierre y el partido se alargó, para felicidad de Juventus: a los 90+8, con Atalanta jugado en campo rival, vino un contragolpe que coronó Vlahovic con un lindo remate, midiendo al portero para clavarla en la esquina izquierda, imposible de evitar para el 0-2.
La celebración del serbio, mandando a callar a la gente en posible protesta por ese penoso hecho de racismo, generó problemas en los banquillos hasta que vino el pitazo y se acabó la discusión. Juventus es segundo con 66 puntos y Atalanta es sexto con 56, a 5 de la zona Champions que es su objetivo, en una Serie A que ya ganó Napoli.