Ya ni llorar es bueno: Luis Díaz salió en muletas del Emirates Stadium, más preocupado por su lesión que por la derrota 3-2 de Liverpool contra Arsenal, y los temores se confirmaron no solo por el "no se ve bien" del técnico Jürgen Klopp allí mismo sino por la versión de una posible baja de dos meses, casi hasta el final del Mundial de Catar.
El guajiro no está acostumbrado a una ausencia tan prolongada y Klopp menos: en 8 meses y medio desde su aterrizaje en Anfield SIEMPRE estuvo disponible y de hecho cuando descansó fue casi por obligación. Mirado más ampliamente, desde 2017 solo tuvo tres ausencias, solo una tan larga como parece que será esta, y llevaba 17 meses en total sin reportarse a la enfermería. Esto ya es nuevo para todos.
Pero resulta que Liverpool está en una situación de tinte crítico, que en la Premier League aparece en un décimo lugar que es casi humillante para muchos en la ciudad, que en Champions League apenas se va recuperando de una paliza inicial contra Napoli (4-1) y que en el panorama tiene el escenario más caótico posible para hacer ajustes.
Sin Díaz, un indispensable en el esquema, lo que viene son visitas a Rangers (miércoles 12 de octubre) y Ajax (26) y recibe a Napoli (1/11) por Champions y por la liga local nada menos que las visitas del temible Manchester City (16), West Ham (19), Leeds (29), Derby County por Carabao Cup (9/11) y Southampton (12/11) y las salidas a los terrenos de Nottingham Forrest (22/10) y Tottenham (6/11). Razón tenía Klopp al decir que "no se ve bien"...
Pero como en todo caso hay que salir a poner la cara y recomponer el rumbo, con o sin el guajiro, ahora viene el rompecabezas para reemplazarlo. Será, sin ninguna duda, un golpe que va a afectar al grupo, pues tampoco estará el lesionado Trent Alxander-Arnold, pero que exigirá que los que están sanos presentaciones casi sin mancha para darles tiempo de recuperación a los 'heridos'. Dos ajustes, para empezar, parecen inaplazables:
La oportunidad de los relegados
Díaz fue siempre la tercera pata del tridente, prácticamente desde su debut en febrero, y en esa incursión arrolladora hubo un par de 'daños colaterales' que ahora tienen una oportunidad dorada: Diogo Jota y Firmino.
El portugués parece la pieza ideal en la banda izquierda por Díaz y este mismo miércoles se pondrá a prueba como socio de Núñez y Salah. Claro, hay que hacerle el corte de cuentas al egipcio, que ha tenido unos partidos muy lejos de su nivel habitual, pero en teoría así formaría el tridente. Pero ahí también hay una opción para un Firmino que no tenía espacio y que ahora puede ser incluso una alternativa si es que el jalón de orejas llega hasta la gran figura. Ya a ambos les tocó hacerse un lado para ceder su lugar, es ahora o nunca para recuperar sus lugares.
Pero al final algo tiene que cambiar los red's si quieren resultados: "casi han pasado de una transición de fútbol frenético al otro lado, que es el fútbol compuesto, pero ya no quieren la parte frenética. Y necesitan recuperar esa parte frenética que es lo que enamora de los equipos de Klopp", pedía Gary Neville, con mucha razón.
La desconexión en el medio
El tema es que, aún con Díaz en la cancha, esa intensidad perdida no solo en ataque sino en el medio campo no se ha podido corregir ni con Thiago Alcántara, Henderson, Fabinho y hasta Milner sanos.
Para Danny Murphy es elocuente la jugada de gol de Saka cuando ingresa sin oposición Odegaard por delante de Thiago y aún así puede lanzar la asistencia: "Thiago lo ve, es su mediocampista central, solo está jugando con dos (hombres), pero su reacción para intentar volver es un poco preocupante".
Por ahí pasa el tema: Liverpool se desconecta porque no puede traer la pelota de su zona a la del rival con la precisión en velocidad de la última temporada y en esa foto salen todos los mediocampistas cada vez que un equipo disciplinado en ese sector logra acorralarlos a fuerza de esconderles la pelota.
"Hace unos meses, el Liverpool estaba en todas las competiciones, buscando hacer historia y ganar cuatro títulos... La plantilla no ha empeorado en términos de jugadores, pero la mentalidad ha cambiado un poco. La complacencia se ha instalado un poco para ciertos miembros del equipo y luego tratar de mover el interruptor y volver a encenderlo es una de las cosas más difíciles en el fútbol", concluía Murphy.
No está Díaz, uno de los pocos a los que nunca les recriminan por no involucrarse en esa 'zona de confort', pero sí que se ha visto sacrificado por ese desajuste. Ojalá que a su regreso, que se calcula a mediados de diciembre, eso se ajuste y él pueda reinsertarse. La competencia es dura, pero para Klopp es momento de ver si realmente se le envejeció la nómina para su modelo tan exigente -como dicen muchos críticos- o si al final lo que hace falta es un toque de atención. Todo lo verá 'Lucho' desde la enfermería. Ojalá su propio milagro de recuperación se acelere y pueda volver para dar una mano.