La 'rumorología' ha sufrido un duro golpe: Lionel Messi no lelgará al Itner de Milán, por más que medios serios de Italia hayan cedido a la tentanción de la especulación.
Aquella extraña opción de ver al mejor del mundo con la camiseta azul y negro, solo porque su padre se trasladará a vivir a Milán por una cuestión de ahorro de impuestos, ha ido quedando en su plata en las últimas horas.
El propio técnico Antono Conte explicó con bastante claridad la situación: "Me centro en mis jugadores, ellos están dando todo, puedo garantizarlo. ¡Sería más fácil mover el Duomo que llevar a Messi al Inter!", aseguró en declaraciones a Sky Sports.
El Duomo, la mítica catedral de Milán, la que empezó a construirse en 1386 y tardó nada menos que cinco siglos en terminarse, la que requirió miles de arquitectos, escultores y artistas, la que no se moverá ni en caso de hecatombe. Así de claro.
Ya el director general, Giuseppe Marotta, había calificado la idea como "fútbol ficción" y "situación utópica".
No deja de ser una buena lección en tiempos en los que atar cabos se hace sin mucho cuidado en las redes sociales y de allí rápidamente pasa a los grandes medios.