Un Real Madrid sin excesos, eficiente para aprovechar el resbalón del FC Barcelona y sumar los tres puntos que necesitaba para afianzarse en el liderato de LaLiga, se fue a dormir este domingo con la satisfacción del deber cumplido.
De nuevo no contó James para el técnico Zinedine Zidane, y de hecho no lo extrañó en un juego cerrado, en el que Isco tuvo el voto de confianza. La victoria fue por 0-1, corta pero ventaja que al fin vale tres puntos.
¿Pesó la presión? Puede ser. Lo cierto es que en los primeros 25 minutos no hubo remates a puerta de Real Madrid, mientras Espanyol contabilizaba dos, una bien controlada por Courtois a la salida de un tiro libre que rozaba el colombiano Espinosa, y una más de Wu Lei a los 23 que se fue apenas por arriba.
A los 35 apareció por fin Benzema, con una volada de López y desvío a mano cambiada impecable para defender su predio.
La más clara llegaría a los 43: gran centro para Casemiro, que no conectó Benzema, tampoco el brasileño y Hazard sería el último en rematar en esa seguidilla de intentos frente al arco, pero López volaba a tiempo y salvaba.
Y al final la paz llegaría al 45, de nuevo en un lujazo de Benzema, taco por entre las piernas de Espinosa y desde atrás llegaba el buen Casemiro, uno de los indiscutibles de Zidane, para el 0-1 parcial que alivió la carga durante el descanso.
Salió el Espanyol con más ganas que precisión y en cambio el Madrid, con tres puntos en la bolsa, esperaba y trataba de cobrar al contragolpe… sin excesos.
A los 62 vinieron los primeros cambios, Vinicius y Rodrygo por Isco y Hazard. Al menos James sabe ahora que el fatídico minuto 60 (en el que Zidane solía sacarlo del campo) no es personal...
Y el tiempo fue pasando sin que los nuevos llegaran a inquietar y con todos los 11 apoyando en defensa, defendiendo la victoria que con el 1-0 también equivalía a tres puntos. Apuesta peligrosa sí, pero el Espanyol, en rigor, no intimidaba lo suficiente.
Real Madrid es líder, muy líder, con 71 puntos aventaja por dos a su rival: amargura pura de un equipo catalán que en esta fecha no recibió la anhelada noticia de una falla ‘merengue’.