Millonarios y la crisis. El que tantas veces resolvió partidos malos a punta de efectividad en la definición, el que ahogaba a sus oponentes y los desesperaba a fuerza de intensidad y presión, el que jugaba bien y ganaba y de todas maneras sumaba cuando no lo hacía tan bien se volvió predecible, neutralizable y vulnerable.
¿Cómo llegó hasta ahí? ¿Qué hizo o dejó de hacer para pasar del modelo que todos querían imitar en la Liga Betplay a víctima de equipos muy por debajo en calidad de sus nóminas como patriotas o Jaguares? Como en la tormenta perfecta, todo se combinó en este inicio del 2024 para poner el éxito del más largo proceso del fútbol colombiano en entredicho.
Lo único que hasta aquí no se quebró fue la confianza: la del DT en el potencial de sus dirigidos, al de la directiva en el buen juicio del DT; la de buena parte de la afición en que el chaparrón pase pronto, idealmente antes del inicio de la Copa Libertadores (primeros días de abril) y esos mismos jugadores a quienes graduaron de ídolos les devuelvan la fidelidad en forma de resultados positivos. El resto de la estructura presenta grietas que requieren una intervención urgente.
¿Por qué llegó Millonarios a la crisis que vive hoy? Tres razones básicas:
1. La falta de gol
Los goles para el título de la Superliga contra Junior (2-0) y la victoria 5-0 contra Independiente Medellín fueron una especie de última recarga de criptonita: después el azul solo pudo hacer 5 goles en 9 partidos, uno de ellos de penalti contra Jaguares, pero nada más. Es verdad que algunos rivales que dejan espacios permiten que el equipo cree opciones y eso tenía tranquilo a Gamero, pero ahora basta con cerrar bien los espacios, copar la mitad y asegurar las bandas, como hicieron La Equidad y Jaguares, y es suficiente para desconectar los circuitos ofensivos del azul.
Es cierto que las lesiones afectaron, pero antes de ir a la enfermería ya Santiago Giordana se había perdido en el doble 9 porque era el sacrificado saliendo del área, Leonardo Castro había entrado en su propia mala racha en definición, Beckham Castro había bajado su nivel, Daniel Ruiz lucía agotado y sin la pegada de antaño y
cuando volvieron Silva y Cataño fueron fáciles de referenciar para mediocampistas y zagueros más rápidos.
La esperanza de Émerson Rivaldo Rodríguez no ha sido más que eso y en realidad hay dudas del buen nivel que se esperaba trajera de la MLS.
2. Gruesas fallas defensivas
Ah tiempos aquellos en que era una misión casi imposible hacerle un gol a Millonarios: dos centrales de selecciones nacionales como Llinás y Vargas, Arias o Bertel por izquierda y el tan criticado Perlaza por derecha acababan siendo una barrera insuperable. Hoy, en cambio, el azul ha perdido seguridad y es tan permeable en su zona que Patriotas, Águilas, Once Caldas y la Equidad descifraron la clave e hicieron goles sin mayor dificultad.
Después de vencer a Atlético Nacional y América, Millonarios no volvió al cero en su arco y eso tiene varias explicaciones: el nivel del los defensores definitivamente bajó, para Álvaro Montero la sanción de tres fechas fue como escalar el Everest pues no ha podido volver a su nivel y de hecho está regalando goles que no permitía antes.
Y un asunto no menor: el medio campo, que antes era infranqueable y funcionaba hacia atrás, protegiendo a los zagueros, y hacia adelante, facilitando la tarea de los creativos, tiene serias fisuras: el nivel de Daniel Giraldo, Stiven Vega y Larry Vásquez no es el habitual y Juan Carlos Pereira ha estado más en la enfermería que en la cancha. Ahí empiezan los problemas defensivos y ahí empiezan a quedar expuestos todos los del fondo.
3. La racha de lesiones
Nadie podía anticipar que Millonarios llegara a tener hasta 10 jugadores (medio equipo) en la lista de lesionados en este 2024, pero a eso se ha enfrentado y Gamero, que antes encontró en las fuerzas básicas o en jugadores polifuncionales una solución, ahora mira a un lado y al otro y no ve a nadie, como dice la canción.
Cuando más densa fue la situación de resultados perdió a todos sus creativos (estuvieron fuera, al tiempo, Cataño, Silva y Ruiz), a sus dos delanteros (Girodana y Castro), a uno de sus líderes de la defensa (Llinás) y al hombre al que llevó para ser una solución urgente en la banda izquierda (Banguero), quien sigue sin jugar. Hoy están disponibles Ruiz y Cataño pero en bajo nivel y Mackalister sufrió otro problema muscular más, mismo caso de Pereira, quien salió lesionado en Montería pero por fortuna ya está bien.
Por eso en Montería, con toda la obligación que había, Gamero tuvo que acudir al chico Juan Carvajal y rescatar a Beckham sabiendo que no venía bien, por eso sufrió en terreno propio sin Llinás y tuvo que acudir a Moreno Paz a pesar de su poca continuidad, por eso, cuando estuvo abajo en el marcador, la única opción fue Brochero. En este momento en la enfermería están: Silva, Giordana, Leo Castro, Banguero, Valencia, Paredes y Bertel.
Ahora, la duda es ¿qué responsabilidad hay en la preparación física y el departamento físico, si este estilo de juego es el mismo de los últimos cinco años y no hubo crisis de problemas físicos al nivel que hay ahora? Pregunta incómoda pero inevitable cuando la crisis ya ha hecho nido en el azul.