La Selección Colombia Sub-20 ya conoce sus rivales para el próximo Mundial de Argentina y adelanta su preparación y Atlético Junior está entre los ocho mejores de la Liga: y en todo ha sido definitivo una auténtica promesa del fútbol colombiano.
Jhon Jáider Vélez Carey, mediocampista de Junior y del equipo de Héctor Cárdenas, tiene entre ceja y ceja la competencia, el balón de fútbol, el sueño del niño pero ya con la experiencia y el roce que su familia tanto soñó.
Pero su historia estuvo lejos de ser un camino de rosas. El jugador contó en charla con el diario El Heraldo todos los sacrificios que ha tenido que hacer para ser futbolista y que pasaron incluso por vender frutas en una carretilla, vendiendo aguacate, tomate, cebolla, piña y plátano.
"Yo no gritaba, no sabía, mi tío tenía la clientela ya. Yo ayudaba a empacar. Gracias a Dios vendíamos casi todo. Recuerdo que la gente, por el miedo que había de contagiarse, de lejos, ponía una canasta, olla o una bolsa en la puerta de la casa, le echaban alcohol a todo y dejaban la plata (risas)”, contó.
“Me fue durito en la pandemia. A mí no me daban auxilio todavía, el profe Carlos De La Rosa (entrenador del fútbol aficionado) era el que me apoyaba. Nos dio duro porque a mi papá y a mi hermano los sacaron del trabajo y ellos eran los que llevaban el sustento a la casa. Me tocó salir a ayudar”, cuenta Jhon con más orgullo que nostalgia.
Contó las dificultades que tenía para entrenarse en el Barranquilla Sub-17 incluso en las sesiones virtuales, pues tenía que irse a trabajar hasta 12 horas a rayo del sol: "A veces no había dinero para mandarme a un entrenamiento, faltaba una o dos semanas. El profesor (De La Rosa) me daba para los pasajes, los guayos y los uniformes, me ayudó mucho. Mis padres no tenían para comprarme todo eso. Me empecé a dar cuenta lo que costaba y puse más esmero".
Vélez cuenta que su mamá lo encerraba porque él jugaba fútbol de día y de noche, que en el encierro de la pandemia nunca dejó de jugar aunque siempre estaba preparado para correr en la cancha y en las calles por si aparecía la Policía, y ahora se ríe de las dificultades que pudo superar: es una de las promesas del Junior de Barranquilla y un hombre clave en la Selección Colombia que prepara el Mundial Sub-20. El sacrificio fue y será su camino.