El recuerdo está muy vivo en la memoria de los hinchas azules: el triplete, el primero de Édgar Guerra, en la goleada 5-0 contra Independiente Medellín por la Liga Betplay I 2024, volvió a ilusionar con una nueva joya en las prolíficas divisiones inferiores de las que han salido tantas figuras.
Tuvo la oportunidad, ante una epidemia de lesiones, y la hizo valer con creces, al punto de sonar como posible refuerzo de Águilas Doradas, Deportivo Pereira y Junior de Barranquilla. Tiene 22 años, velocidad, pegada y mucho por dar si le dan la continuidad que no ha logrado vestido de azul. Es lo que llaman una auténtica oportunidad de mercado...
Tuvo participación en la última corona de la Superliga frente al equipo de Arturo Reyes e hizo gala de su desequilibrio, pero entonces vino la sorpresa: desapareció de la nómina titular en el 0-0 contra Bucaramanga.
¿Qué pasó? "No ha arreglado su parte contra actual con el club, estamos esperando eso y es la única razón por la cual no vino", dijo el propio técnico Alberto Gamero.
Y entonces salta la duda: ¿esa presión para que el joven jugador firme los términos que le ofrece el club, no raya en un posible acoso laboral? Si bien es una práctica relativamente común en el fútbol, a la luz de la Ley la discusión es, por lo menos, válida.
"Si se trata de una conducta persistente claramente hay acoso. Pero no convocarlo una vez, no lo es", explicó el abogado Andrés Charria sobre este caso en particular.
Pero si no hay problemas físicos o razones técnicas, como suelen decir los entrenadores, ¿marginarlo no es presionarlo? "Son decisiones técnicas que padecemos los futbolistas cuando no queremos renovar. le pasó a Ospina en Francia y sufrió un año porque no quería firmar por cuatro años más. Eso frustra la posibilidad de un desarrollo profesional, pero Guerra, está siendo tratado como los demás, entrena como todos, recibe la ropa como sus compañeros, pero no lo convocan... Se configura un acoso cuando no le dan las condiciones", explicó a su turno Carlos González Puche, director ejecutivo de Acolfutpro.
"No creo que él tenga interés en una terminación anticipada de contrato y salga peleado con Millonarios, esperará a que pasen cuatro meses para ser agente libre. La justa causa la veo muy complicada". añadió.
Para Charria, la situación de Guerra es cada vez más común: "los jugadores, con conocimiento de su situación, tienen claro que no renovar sus contratos les permitirá buscar mejores horizontes. Por eso es cada vez más difícil para los clubes, aún los más grandes, retener a sus jugadores de manera legal".
Por eso es tan complejo el proceso de la renovación, porque es el movimiento del mercado lo que hace que los jugadores decidan y ya no la lealtad o el prestigio de una institución.
¿Entonces el camino es la disputa jurídica entre el futbolista y la institución? "Podría haberlo (un pleito) pero el tema son las implicaciones de entrar ahí, no creo que Guerra decida salir mal del equipo. Si el técnico dice que no lo alinea por no firmar contrato ahí está una razón, pero siempre es potestad de él y sus razones técnicas no alinear al jugador", concluyó González Puche.