El partido de este miércoles entre Junior y Pasto, que este último ganó 1-2, y el debut de Giovanni Hernández en la dirección técnica, fue una simple anécdota o, mejor, una excusa perfecta para que los aficionados expresaran su inconformismo contra los dueños del equipo y contra los jugadores Édinson Toloza y Juan Guillermo Domínguez.
Cada vez que estos dos entraban en juego, las rechiflas y los insultos de las tribunas no se hacían esperar. Toloza desafió otra vez al público y en un reingreso a la cancha, levantó las manos pidiéndole que lo siguieran agitando, un gesto que repitió cuando se dirigía al vestuario al término del primer tiempo.
En la tribuna occidental se jugaba otro partido, el del público contra los dueños del equipo. En medio de la mala presentación del Junior, hubo una protesta generalizada contra estos. A Fuad Char lo hicieron ir del estadio en pleno primer tiempo y su hijo, Antonio, y el presidente, Alfredo González Rubio, también fueron blanco de los insultos. Los ánimos estaban tan caldeados que a estos dos debieron colocarles protección policial.
En la cancha, Junior no se encontró nunca. Fáber Cañaveral, otro jugador que desató la ira del público por sus constantes imprecisiones, perdió ingenuamente una pelota y después provocó una falta que terminó en un gol con bola quieta de Johan Arango, quien dejó estático a José Luis Chunga, quien reaparecía en el pórtico rojiblanco.
En el segundo tiempo, Junior levantó a partir del ingreso de Jarlan Barrera y Luis Narváez, en lugar de los discretos Sebastián Hernández y Fáber Cañaveral. El equipo empezó a acercarse al arco del Pasto y, en el minuto 24, consiguió el empate con un golazo de Léiner Escalante, quien la bajó con el pecho y, sin dejarla caer, la introdujo en el pórtico de Deniz. Parecía que Junior seguía de largo, pero el que marcó fue el Pasto, en el minuto 37, otra vez por la vía del tiro libre, y nuevamente por medio de Johan Arango, quien cobró impecablemente.
Los seguidores del Junior todavía no digieren la salida de Alexis Mendoza y mucho menos la forma como se precipitó su retiro del equipo. Y se lo hicieron sentir a los dueños del equipo. Ni el debut en el banco técnico de un ídolo como Giovanni Hernández alcanzó para mitigar su ira.
La derrota arruinó el estreno del nuevo entrenador y compromete la continuidad de Junior en la Copa Águila. Giovanni tiene sobre sus hombros un reto más difícil que clasificar y quedar campeón: restablecer el idilio de la hinchada con el equipo.
Manuel Ortega Ponce
Redactor ADN
Barranquilla

Jugadores de Junior tras la derrota con Pasto en Copa. Guillermo González/EL TIEMPO
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