- La circulación sanguínea es uno de los procesos más importantes del organismo, el cual consiste en trasladar la sangre por todo el cuerpo, desde el corazón y de regreso a él.
- Según especialistas de Medline Plus, la vitamina K es sumamente importante para la circulación, ya que es conocida como ‘la vitamina de la coagulación’.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) mencionan que la vitamina K es la sustancia que el cuerpo necesita para formar coágulos y para detener los sangrados. Por otro lado, de acuerdo a la información extraída de Medline Plus, el cuerpo necesita de la vitamina K para producir ciertas proteínas en el hígado que hacen que la sangre se coagule y así favorecer la circulación sanguínea.
La vitamina K es fundamental para la circulación.
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Resulta que sin la presencia de vitamina K en el organismo, el hígado no podría producir los factores de coagulación, y por ende, la sangre no coagularía. Por este motivo es común, por ejemplo en los bebés, sufrir sangrados por deficiencia en este nutriente. Al no formarse coágulos, los recién nacidos no pueden dejar de sangrar y esto puede pasar en cualquier parte del cuerpo, ya sea externo o interno, siendo esto último lo más grave.
Según pudieron compartir los especialistas de Medline Plus, la mejor manera de obtener la cantidad necesaria por día de vitamina K es consumiendo fuentes alimenticias. Este nutriente se puede encontrar en los siguientes alimentos:
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Hortalizas de hoja verde, como la col, la espinaca, las hojas de nabos, la col rizada, la acelga, las hojas de mostaza, el perejil, la lechuga romana y la lechuga de hoja verde.
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Verduras como las coles de Bruselas, el brócoli, la coliflor y el repollo.
- El pescado, el hígado, la carne de res, los huevos y cereales (contienen cantidades más pequeñas).
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Moretones, principalmente en la cabeza y la cara.
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Sangrado de la nariz.
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Color de la piel más pálida. En los bebés de tez más oscura, las encías pueden llegar a verse pálidas.
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La parte blanca de los ojos se ve amarilla después de las primeras 3 semanas de vida.
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Heces con sangre, que son negras u oscuras y pegajosas, o vómitos con sangre.
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Irritabilidad, convulsiones, sueño excesivo o muchos vómitos (posibles signos de sangrado en el cerebro).
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