En medio de la final de Wimbledon entre Novak Djokovic y Nick Kyrgios sucedió una situación particular entre el australiano y una aficionada que hacía parte del público de la cancha central del All England Lawn Tennis.
Y es que durante el tercer set, Kyrgios le avisó al juez que una aficionada no dejaba de molestarla a lo que dijo: "No para de molestarme cuando saco, como si se hubiera tomado 700 copas. Está borracha".
Acto seguido, el árbitro expulsó a la fanática llamada Anna Palus que una semana después emprendió acciones legales contra el tenista por difamación.
"No iba a borracha y, de hecho. fui a la final para animar a Kyrgios. Su acusación fue imprudente e infundada. Si gano, donaré el dinero a causas humanitarias", comentó la aficionada en el mes de agosto.
Sin embargo, tras lo sucedido, Kyrgios y Palus llegaron a un acuerdo y además el tenista se retractó de las palabras que dijo en aquel juego: "Le dije al árbitro que una aficionada me estaba distrayendo durante el partido, creyendo que estaba borracha. Acepto que esta creencia fue errónea y pido disculpas".
De igual manera, para enmedar su error donó 20.000 libras esterlinas a Great Ormond Street Hospital Charity, fundación que fue elegida por la propia Palus.