Preocupado, lo que se dice preocupado, no parece. Nadie con una carrera y un patrimonio como el suyo debería estarlo. Pero la realidad es que sí debería llamar a la reflexión que tres meses después de haber interrumpido su último contrato en Olympiacos no aparezca ninguna oferta laboral.
Todo lo demás va bien y mejorando: el zurdo se deja ver aquí y allá, un día en Medellín y otro en Miami, siempre luciendo un buen bronceado y unas exclusivas gafas de sol, abriendo negocios o revisando personalmente como van... y todos marchan sin novedad.
Ahora ha compartido en sus redes sociales un nuevo viaje, nada menos que a Ibagué, su ciudad, aquella que lo vio formarse y que disfrutó, como pocas veces ocurrió después, la faceta del chico que realmente amaba el fútbol.
Se bajó de su avión sonriente, listo para recibir el cariño de buena parte de su familia, que aún reside allí.
James Rodríguez
Foto: Tomado de Instagram @jamesrodriguez10
Pero de aquello del trabajo, por ahora nada. Va a divertirse, porque es joven como dice y quiere y puede hacerlo. Y en ese intermedio la imagen del agente libre más valioso del mercado sigue suspendida sin que nadie haga una buena oferta.