La historia que van a leer a continuación no es ciencia ficción, tampoco es un guion de Hollywood. Ocurrió el 31 de mayo de 1989, cuando Atlético Nacional disputaba uno de los partidos más importantes de su historia. Tras el 2-0 sufrido en Asunción, el equipo ‘verdolaga’ enfrentaba en El Campín a Olimpia de Paraguay.
Nuestra protagonista en esta historia paralela a la hazaña ‘verdolaga’ en Bogotá es Mariana Pérez Higuita, hincha de Atlético Nacional, quien desde los 8 años y ahora con 71, ha estado siempre al lado de sus ‘hijos’ como cariñosamente les dice a los jugadores del equipo de sus amores.
“Nosotros queríamos jugar en el Atanasio, desafortunadamente no nos dejaron. Nos fuimos entonces para Bogotá, salimos de Medellín a las 4 de la mañana el día del partido, en una camioneta. Nos varamos dos veces, el desfile de carros, buses, banderas blancas y verdes fue algo hermoso, inolvidable. Llegamos a las 3:30 de la tarde a Bogotá. Nos prestaron un baño, el agua estaba helada”, comentó Mariana quien el destino y su salud, pusieron en suspenso estar en el partido de su vida.
“Entré al estadio y me había tocado el tercer piso de la tribuna occidental. Yo me sentía indispuesta, estaba nerviosa, había comido mal. Antes de comenzar el partido, me dio un preinfarto, me bajaron por unas sogas desde el tercer piso ¡como un chorizo! Me atendieron en el camerino de Nacional, mientras que uno de mis hijos estaba encartado con una bandera de 5 metros y pendiente de que la mamá no se le muriera. Me tranquilizaron, lloré, estaba muy nerviosa. Todo eso duró gran parte del partido, iba ganando Nacional y nos íbamos a los penales”, relató Mariana mientras el brillo de sus ojos rememoraba ese momento de angustia, por no haber visto el juego y la tensión de la tanda de penales que no quería perderse.
Mariana ha vivido de cerca esa pasión por Atlético Nacional.
Foto: Mariana Pérez
Fue cuando ella salió del camerino ‘verde’ y se puso cerca de la pista atlética para ver los cobros al arco norte del Campín. “Estaba muy tensionada, pero quería ver los penales, comencé a verlos cerca de la cancha, eso era interminable, unos los botaban, otros se los tapaba René Higuita. Cuando Leonel Álvarez marcó el penal, yo arranqué a correr a la cancha, me arrodillé, le di gracias a Dios por haber ganado la Copa, estábamos muy felices”.
Pero acá no terminó la historia, para aumentar la emoción, en medio de ese mar de abrazos, sonrisas e ilusiones cumplidas, Mariana se encuentra con René Higuita, y le dice “Loco, ¿qué hay para mí?”, el se quitó los guantes y me los regaló”, un tesoro que guarda con cariño desde hace 30 años. “René es mi muchacho, lo considero un ‘hijo’, yo soy la mamá de Nacional y todos son un pedacito de mi vida. Pero René es el más grande de mis ‘hijos’ y todo ese grupo de la Libertadores en el 89”, completó.
Privilegiada como pocas, esta hincha ‘verde’ ha visto a su equipo por más de 63 años, entre risas, llantos y emociones, sigue y espera seguir por mucho tiempo acompañando a su Atlético Nacional.
Finalmente, contó cómo la dejaban entrar al camerino, a rezar, poner velas y ‘bendecir a sus hijos’. “Había una gran unión en el equipo, a mí me dejaban entrar al camerino y les ponía velas, rezaba para que ganáramos. Estábamos entregados para ganar esa Copa, todos disfrutábamos cada momento, cada partido”, concluyó.
Juan Camilo Álvarez Serrano
Corresponsal FUTBOLRED
Medellín