Yerry Mina no jugaba desde el duelo contra Fulham (2-3), última victoria del Everton, en la que, en todo caso, fue duramente criticado. Venía de la debacle de Selección Colombia, de un partido para el olvido contra Uruguay (0-3) en el que coronó su pésimo rendimiento con una expulsión.
No estuvo en la caída contra Leeds (0-1) pero reapareció frente a Burnley (1-1) en el módulo de tres de Ancelotti y hay que decir, con toda justicia, que su rendimiento estuvo por encima de las expectativas.
No fue un resultado esperado pero hay que decir que pudo ser mucho peor y no lo fue en parte por el colombiano y en parte por el buen trabajo del arquero Pickford.
Mina no tendría muchas exigencias en el arranque del partido, no era suyo sino de Allan el error del primer tanto de Brady para Burnley, apenas a los dos minutos, y resolvía a los 14 la primera acción comprometida, juntándose con Pickford.
Y con el tiempo iba mejorando. Inquieto parecía el colombiano, subiendo al cabezazo en el tiro de esquina y resolviendo con faltas sutiles y con despejes por arriba las aproximaciones del rival.
Pero a los 40 estaba en la foto del intento de Wood que a tiempo desactivó Pickford, corrigiendo la falla en el regreso de su zaga.
Mucho más cómodo lució el caucano cuando el módulo defensivo cambia a los cuatro en el fondo, así le ganaba a Jay Rodríguez el pulso en el lateral a los 58 y a los 65 resolvía los errores de sus compañeros al evacuar la peligrosa entrada de McNeil.
Pero su lucimiento llegaría sobre el final: a los 78 minutos fue providencial el puntazo que le quitó a Wood el que pudo ser el segundo gol del local y a los 88 por arriba logró evacuar un amenazante centro.
Es cierto que no convencen los tres centrales de Ancelotti, pero es obligatorio por las bajas por lesión de Coleman y Digne. Aun así, hay que reconocer que Mina logró acomodarse y, aunque era un rival en zona de descenso en la Premier League, pareció de nuevo confiable ante los ojos del DT.
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