El equipo por encima de las estrellas. Esa es la base de la filosofía de Liverpool, la razón de fondo del éxito, el molde en el que tiene que entrar todo aquel que quiera vestirse de rojo.
Por eso mientras hoy se habla con tanto entusiasmo de Luis Díaz, alguien en la oficina de scouting ya está pensando en los próximos nombres, no porque se haya hecho algo mal sino porque saben todos que no es posible depositar toda la expectativa en un solo jugador, ni aunque esté entre los mejores del mundo.
Y ahí está la clave del fichaje del jugador en el mercado de invierno, cuando no se suelen dar grandes transferencias: la recomendación era ir a buscar alternativas para Sadio Mane, Roberto Firmino y Mohamed Salah, tres de las máximas estrellas de la plantilla. Pero no es que se vayan ir, ojo: es que se exige tanto cuando se juega tanto como lo hace Liverpool que la urgencia es ganar refuerzos en ese mismo alto nivel de rendimiento y para ya, no para dentro de unos años.
Conviene escuchar con cuidado el razonamiento de Jürgen Klopp para saber por qué Díaz o Diogo Jota tienen un papel tan destacado: "Eran necesarios. No podemos 'sobre confiar' en estos muchachos. Además de ellos Divock Origi, Taki Minamino, teníamos a Xherdan Shaqiri aquí, todos jugadores brillantes que nos ayudaron a ganar las cosas que ganamos en el pasado. Obviamente necesitas aportar calidad y energía fresca y eso es lo que intentamos y obviamente parece que funcionó", contó en una rueda de prensa.
¿Qué si funcionó? Jota es una pieza fundamental después de un arranque algo dubitativo y Díaz... pues Díaz es la razón de las últimas ovaciones en Anfield a un jugador que no anota ni asiste: su sacrificio, su vocación, la electricidad pura que le sumar al ataque rojo apareciendo primordialmente en la banda izquierda pero también por el medio del área o hasta por la derecha, dan para que salga en hombros en cada partido en el mes largo que lleva en Liverpool.
Pero ni aún así lo van a saturar. ¿Y cómo lo resolverán? ¿Rotación? ¡Eso mismo! "Los muchachos que tenemos ahora son realmente de calidad en profundidad. Pero no podemos jugar todas las competiciones y llegar lejos si no tenemos esta profundidad. No tienes ninguna posibilidad. Puedes hacerlo durante un año si tienes suerte con las lesiones. Tuvimos años en los que Bobby (Firmino), Sadio y Mo jugaron prácticamente todos los partidos. En una semana especialmente como esta, domingo, miércoles, sábado y martes contra el Inter, no hay posibilidades de pasar con la misma alineación, igual en el centro del campo y en la defensa. Todo eso es importante y la única oportunidad que tenemos para tratar de tener éxito a largo plazo", explicó el alemán.
Por eso un día es titular Díaz pero otro lo es Minamino: “hasta ahora, sí, hemos ganado una competencia con este equipo, pero nada más. Solo necesitamos energía en estos diferentes juegos como la necesitamos esta noche. ¿Te imaginas si hubiéramos jugado este partido después de no hacer cambios el miércoles? No hay posibilidad", añadió.
Un trofeo de los cuatro a los que apuntan no es ni la cuota inicial de lo que quiere Liverpool esta temporada y eso está clarísimo: este martes es turno para Inter de Milán y van a estar esos que han tenido minutos de descanso. La diferencia es que la rotación de Klopp tiene fondo de armario, que a un jugador lo reemplaza otro en esa posición y no hay lugar a la improvisación. Allí donde hay sobrepoblación, como ocurre hoy entre los extremos, se puede pedir un sacrificio, como ha hecho Mané ante la lesión de Firmino, pero suele ser la excepción, no la norma.
El resto de la historia se cuenta sola: un equipo que, sin importar los nombres, sigue un mismo libreto es eso, un equipo y no una prometedora reunión de estrellas. Cuando lleguen las definiciones vendrán los imprescindibles y ahí, por lo visto hasta ahora, está el colombiano. Por eso, como decía Guardiola, Liverpool es un dolor en el c... Porque mientras unos viven en el hoy ellos ya apuntan al mañana. Por esa vía, felizmente, llegó Díaz. Después, en la cancha, el fútbol lo hacen los futbolistas.