Kevin Agudelo lo soñó y casi en un pestañeo lo logró: saltó desde el Atlético Huila (2019) a Italia y en tres temporadas pasó por Genoa, Fiorentina y Spezia, siempre con minutos, siempre luchando por una oportunidad, siempre protagonista. Tanto que en la última convocatoria de Selección Colombia, para el amistoso contra Arabia Saudí en España, se ganó un lugar, que bien puede mantenerse en el ciclo de Néstor Lorenzo, que recién acaba de comenzar.
Es todo mérito suyo, se ganó cada nueva oportunidad por su talento y su esfuerzo y su carrera, con apenas 23 años, está todavía por escribir los mejores capítulos. Pero hay que decir que en el fútbol hay una cuota importante que parte de los contactos, de los intermediarios, de los agentes que mucha veces abres puertas que los jugadores, por sí solos, no podrían abrir. Ese fue el rol de Rolan Guillermo Rico, quien firmó con él un contrato de representación deportiva del 20 de junio de 2019 al 20 de junio de 2022 y que ahora se queda de una posible traición.
En ese lapso, el jugador pasó del Bogotá al Huila y de allí al Genoa de Italia, transferencia que se pactó por 2,7 millones de dólares, correspondientes a los derechos federativos y económicos del jugador. Además, según el propio Rico, fue él quien gestionó contratos de patrocinio para el atacante de parte de la firma Nike (2019 a 2020) y de la marca Adidas más recientemente.
Y entonces, en Europa y con una fama inusitada, vino el tercero en discordia: la agencia de intermediación deportiva GG11, de Gabriel Giufridda. Esta compañía gestiona el préstamo del jugador a Fiorentina y a partir de entonces, temporada 2019/2020, radica el contrato de intermediación ante la Federación Italiana y opera como representante del colombiano, desconociendo, según Rico, el contrato vigente que reposa en la Federación Colombiana de Fútbol (FCF).
¿Un caso típico de infidelidad?
Pues desde el momento en que decidió cambiar de agente, el jugador disputó 52 partidos de Liga con Spezia y logró, como se recuerda, ponerse en la órbita de la selección nacional. Y entonces se abrió en su país una disputa legal que parece lejos de resolverse.
El agente Rico acudió antes las autoridades colombianas y solicitó una Audiencia de Conciliación ante la Cámara de Comercio de Cali en la que solicita una compensación millonaria por el que considera un incumplimiento de un contrato vigente: 180 mil euros por los 5 años de contrato vigente, US$4.500 dólares americanos por la gestión de los contratos de patrocinio y, atención, US$2.000.000 correspondientes a la cláusula penal establecida a la firma del contrato que se considera incumplido.
¿Qué ha pasado por ahora? Que el futbolista y su nueva agencia de representación designaron abogados en Colombia que ofrecieron como cantidad de compensación US$50.000. Después de tres reuniones esa cantidad, tan alejada de los casi 2,5 millones de dólares que pretende el demandante, no hubo acuerdos. Ahí está estacando el caso.
La defensa de Rico tiene ahora dos opciones: la jurisdicción ordinaria y una demanda civil o la opción de acudir a la FIFA en un año, cuando se reglamente la Cámara de Agentes, que será la especializada en este tipo de conflictos. FUTBOLRED intentó contactar a Agudelo pero nunca respondió a los mensajes.
Ahora la pelota está en terreno inestable: ni el jugador parece dar su brazo a torcer ni el agente traicionado quiere dejar pasar lo que considera una demanda justa. Fama, dinero, derecho a llevar adelante una carrera contra todos los obstáculos y cantos de sirena de intermediarios y agentes, todo hace parte del paisaje en Europa con Agudelo, en Colombia con el reciente caso de Andrés Felipe Román y su salida de Millonarios... Traición, gritan los engañados.
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