Lecciones del regreso de Bundesliga que marcan ruta al resto del mundo

El protocolo es realizable y el espectáculo, al final, está hecho para la televisión.

Bundesliga

Prensa en la Budnesliga.

Foto: EFE

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18 de mayo 2020 , 05:58 a. m.

¡Y el fútbol por fin volvió! Y fue posible, a pesar de todos los riesgos, y fue raro pero se hizo sin mayores contratiempos. Falta todavía un balance más específico tras las pruebas de coronavirus covid-19 a todos los que participaron, pero en términos logísticos la verdad es inapelable: el regreso es posible.

Eso sí, lo que conocíamos hasta aquí cambió definitivamente, al menos hasta que se encuentre una vacuna. ¿Qué dejó esta primera experiencia en medio de la pandemia? Repasamos las lecciones:

Un espectáculo para la TV

La web especializada DWDL.de confirmó que solo el sábado hubo más de seis millones de espectadores siguiendo la transmisión por Sky del regreso oficial de la Bundesliga, un récord absoluto de audiencia. El domingo, con el Bayern en liza, la cifra aumentó considerablemente.

El Bild publicaba, con razón, un titular que resumía el éxito: “¡Así es cómo el mundo celebra nuestra Bundesliga!”.

El fútbol, que hace años es un espectáculo pensado para la televisión en distintos lugares del planeta y es al final el gran generador de ganancias, confirmó que el público aporta color y pasión, aunque al final, duele decirlo, es accesorio.

Las transmisiones no sufren mayores traumatismos en estadio vacíos, excepto porque se oyen más claramente algunas instrucciones en el campo y en la raya.  Inclusive, fuera de Alemania los partidos se hicieron con narradores y comentaristas desde sus casas, apoyados por una señal impecable desde cada escenario. Si se puede ver, se puede disfrutar... y se puede volver a competir. No hay discusión.

Los protocolos, con sus más y sus menos

Otro detalle que ha quedado claro es que es posible controlar la cantidad de personas en los estadios (en el estadio de Colonia no hubo más de 300 personas contando todos los protagonistas, personal médico, de logística y prensa). Hay que ser más selectivos, pero se puede.

Antes las pruebas funcionaron y se conocieron a tiempo los resultados, al interior de los estadio fue posible respetar las distancias y en la cancha, donde era inevitable el contacto, no hubo mayores dificultades.

Los árbitros, en términos generales, no reportaron incidentes importantes ni expulsados y el VAR, que estaba en duda, se pudo utilizar sin contratiempos.

En la cancha del Unión Berlín fue necesario el apoyo de la policía para dispersar a hinchas que se congregaron frente al estadio, pero fue el único caso: en general todos entendieron que era un riesgo y las autoridades no tuvieron mayores complicaciones.


El gol sin celebración

​Los jugadores, con una excepción, eligieron el distanciamiento para dar ejemplo ante las cámaras, pero fue una de las cosas más raras en este nuevo fútbol postpandemia.

Haaland solo sonrió, Lewandowski tocó el codo de sus compañeros, solo el defensa belga del Hertha, Dedryck Boyata, pareció besar en la mejilla a su compañero Marko Grujic tras el primer gol de su equipo ante el Hoffenheim... y en el Mainz se les perdió un poco libreto y hubo un tímido abrazo en el gol del empate 2-2 cuando venían de perder 2-0 en el primer tiempo...

Eso quedó para Radamel Falcao como un tema de reflexión: "Viendo el retorno del fútbol me pregunto: ¿Existirá una razón técnica para que no se permita el abrazo en los goles? Durante todo el partido estamos en constante contacto. En un tiro de esquina están los defensores encima tuyo, en las barreras están todos juntos", se quejó.


Jugar en todos los escenarios

Otra prueba que dejó el regreso de la Bundesliga es que, con el control y la disciplina de los protagonistas, es posible que cada equipo juegue en su estadio sin aumentar el riesgo de contagio del virus.

Los escenarios se desinfectaron, el acceso se redujeron a quienes son estrictamente necesarios para el juego y ningún equipo perdió la ventaja de jugar en su campo, el que conoce, el que usa y sabe explotar, aunque no tenga el ruido y el apoyo de su afición.

"Lo dicen y lo hacen. ¡Gracias, Bundesliga!”, escribió Zlatan Ibrahimovic. Y sí que tiene razón. Alemania, a pesar de tener más de 7.000 víctimas mortales de covid-19, corrió el riesgo y abrió la opción de jugar fútbol en medio de la pandemia. A falta de pruebas médicas más especializadas, en el trámite fue impecable.

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