El ritmo de Tolima no alcanzó para la estrella: la roja los complicó
Los de Torres salieron con la iniciativa. Roles intercambiados para el complemento.
Tolima perdió la final en Ibagué. Foto: EFE
Tolima dejó todo en la cancha, siendo sometido en el final del partido. Lo que parecía una remontada épica, terminó siendo un final dramático con el gol de Jarlan Barrera sobre el final del partido. Cambio desde lo posicional y también en la idea de juego, volcando al ataque todos sus hombres, con los laterales despuntados y siempre ganando la espalda a los rivales en esta zona.
Hernán Torres no solo le dio un cambio a su nómina inicialista, con la salida de Domínguez en el pórtico. Salida a Rangel y le dio la oportunidad a Juan Fernando Caicedo, que se caracteriza por su velocidad y potencia, para ganar en el mano a mano y en el choque. Revoluciones al máximo, saque y la primera esférica llegó al área de Nacional, mostrando cuál sería la propuesta de los tolimenses.
Hernán Torres no solo le dio un cambio a su nómina inicialista, con la salida de Domínguez en el pórtico. Salida a Rangel y le dio la oportunidad a Juan Fernando Caicedo, que se caracteriza por su velocidad y potencia, para ganar en el mano a mano y en el choque. Revoluciones al máximo, saque y la primera esférica llegó al área de Nacional, mostrando cuál sería la propuesta de los tolimenses.
Ibargüen y Lucumí, los designados para llegar por la banda, integrándose a la mitad ¿diferencias? Los laterales también integraron la fase de ataque, pasando por este sector al ataque, algo que no se le vio al vinotinto en gran parte de la temporada.
Mala suerte, pues Andrés Ibargüen dejó la cancha por lesión, complicando todas las cosas para Torres. Sin embargo, la entrada de Miranda mostró una mejor cara, con la vocación de Tolima completamente utraofensiva. Los laterales apoyaron en esta labor, con Junior Hernández como el héroe con el tanto de entrada, con Lucumí en una buena combinación.
La inclusión de Caicedo fue acertada, le ganó cada pelota a Emannuel Olivera, que se vio complicado en el mano a mano y perdiendo el duelo aéreo con el atacante. El gol fue determinante, su movimiento fue perfecto. Todo parecía destinado para ser la final de Tolima, las cosas del fútbol le dieron una vuelta total.
El segundo tiempo empezó con la misma intensidad. La definición balda de Cataño y su expulsión, cambiaron todo el papel en el juego de Tolima. Juego retrasado, quedando Caicedo como un extremo y Lucumí, intentando ganar alguna acción, en medio de la superioridad de Nacional.
Al Tolima no le alcanzó con el frente de ataque, que empezó con revoluciones, pasando de primera a quinta velocidad, en menos de 30 segundos y manteniendo un gran ritmo de juego por todo el primer tiempo, que se vio diluido con el inicio de la segunda parte, siendo nulo el frente de ataque en el complemento, condicionados por una expulsión, buscando guardar el resultado.