Ganó Inter de Milán y es el nuevo campeón de la Supercopa de Italia, tras un pobre espectáculo en el San Siro. Poco más que agregar salvo un detalle: el mundo no vio el gol del título.
Fue un largo bostezo de 120 minutos que resolvió Alexis Sánchez en el último minuto, un gol agónico, en un rebote que le quedó al chileno y casi con la rodilla metió la pelota al arco para darle la victoria 2-1 a su equipo. La transmisión se cortó y solo los asistentes al estadio pudieron celebrarlo.
Todo era muy italiano al comienzo, exceso de precauciones, dos equipos vigilándose y examinándose antes de animarte a las primeras aproximaciones de Lautaro Martínez. Sí, era el local el que más se animaba pero sería el rival el primero en celebrar.
A los 24 minutos cayó el gol de McKennie, quien aprovechó un centro divino de Morata y celebró a rabiar. Pero una torpeza de De Sciglio, un penalti que cambió por gol Lautaro Martínez, a los 34, volvió a igualar al cuenta.
Se llenó de vida Juventus, que se acercó con Morata y un impreciso Bernardeschi y el Inter, que tenía ambición y pelota en el arranque, se fue perdiendo.
Y al final se jugaba a buen ritmo y parecía que se mantendrían las emociones, pero el segundo tiempo se fue casi por completo en mucho trámite, mucha elaboración sin opciones claras de gol, salvo la que Perin le sacó contra el palo a Dumfries. Se fueron cansando todos y el tiempo extra fue inevitable.
Y entonces media hora más de ese mismo juego espeso, faltas tácticas en promoción y más miedo a arriesgar que otra cosa, sin siquiera llegadas a los arcos. Se pudieron ahorrar el agotamiento e ir sin demoras a los penaltis. pero Alexis Sánchez tenía otros planes
La suerte fue la que fue, el pobre espectáculo de ambas escuadras quedó para la anécdota y el campeón se decidió con más precauciones y temores que fútbol.
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