Era una cita colombiana y la fiesta fue para Cuadrado, por encima de Zapata y Muriel. ¡Juventus es campeón de la Copa Italia tras vencer a Atalanta por 1-2!
Fue el título número 14 para Juventus, el alivio para Pirlo, que ahora es campeón como jugador y técnico, y la nostalgia para Buffon, que jugó su último partido con el club de Turín.
Zapata fue titular, Muriel entró para el complemento, pero al final el que bailó fue Cuadrado.
A los 12 parecía que había falta de Rabiot contra Pessina cuando lo asistía Zapata pero el juez no la daba y a los 17 tenía el colombiano su primera opción, de pura viveza, acosando a De Ligt pero sin llegar a sorprender al veteranísimo Buffon, quien le salió a tiempo y de manotazo le quitó la opción.
A los 24 parecía que sufría una falta el 'Toro' de De Ligt en el área, y encima el rebote le pegaba a Cuadrado en el brazo, pero al final no pasaba nada. Tampoco a los 26, tremenda falta de Chiellini que cobraba afuera Malinovskyi.
Y al frente estaba Juventus, y en su primera llegada, con Cuadrado recuperando la pelota (pedían falta) para meter el centro que pillaba a Cristiano cayéndose y le quedaba a Kulusevski, quien finalizó el caos con un sutil zurdazo, imposible para Gollini. Era el 0-1 de la rabiosa celebración, del sacudón anímico, de un VAR que validó todo a pesar de la protesta de los de azul.
Tensión pura era el duelo entre Cuadrado y Zapata, que se jugaban la vida, con faltas incluidas, en cada duelo. Tensión fue eso que se sintió en Colombia al ver caer a Zapata tras recibir un peligroso rodillazo en la espalda a los 55, por fortuna sin consecuencias graves. Fue ese mismo temblor, al final, que sintió Gollini en el intento de Kulusevski que logró desviar o aquel, a los 59, que Chiesa estrelló contra el palo ya con el portero vencido. A los 68 llegó al partido Muriel, pleno de ilusiones.
Y ya no fue temor sino dolor puro lo que experimentó Gollini, en una jugada de lujo de Chiesa, quien propuso la pared con Kulusevski y la definió él mismo, a los 72, para adelantar otra vez a los de Turín y poner una presión sin igual sobre el combativo pero impreciso Atalanta.
Tendría una Muriel a los 78 pero se le iría muy arriba, pero elr eloj implacable castigaría a un Atalanta que puso a todos sus atacantes sin llegar a generar opciones de gol, contra una muralla blanca y negra que aguantó y gritó campeón.