En territorio argentino, Colombia se jugó la vida pensando en la clasificación al Mundial de Catar. Para este duelo crucial, James Rodríguez, el mejor frente a Perú, fue titular. Desafortunadamente su desempeño fue bastante flojo por la idea de juego del entrenador y su estado físico.
Para sorpresa de muchos, el creativo inició el duelo tirado a la banda derecha, mientras que Juan Guillermo Cuadrado se tiraba hacia el centro y Stefan Medina cuidaba las espaldas.
Bajo esa idea, James se encargó de la marca de Marcos Acuña. Lo hizo bien hasta que el aire le dio, poco a poco se fue quedando. Y es lógico, su virtud dentro del terreno no es ni nunca ha sido esa. Sumado a su estado de forma.
En cuanto a la faceta ofensiva, pasó lo mismo que frente a Perú. Bajó hasta mitad de cancha para tratar de generar juego, pero la falta de un socio primó. El terrible partido de Matheus Uribe lo mermó. Así pues, no le quedó sino intentar pases entre líneas y balones largos cruzados. Alternó buenas con malas.
Frente al arco rival, el cucuteño nunca tuvo una clara para rematar. En cambio, si intentó habilitar a sus compañeros con centros pasados, pero en cada ocasión se impuso alguno de los zagueros argentinos.
Para la segunda parte, Rueda cambió el módulo y James llegó a su zona ideal, la mitad, detrás del punta. Y justo cuando parecía que ganaba unos metros en territorio rival, al minuto 57 salió del terreno por Luis Javier Suárez.
Así sin más fue el parco paso del ‘10’ en Córdoba: sacrificado, lento y con una notoria impotencia.
Sin el jugador del Al-Rayyan en cancha, Luis Javier Suárez, quien lo sustituyó y cuya posición es la de atacante, se encargó de bajar a pedir balón y asociarse con el también recién ingresado Víctor Cantillo.
Con lo anterior, el ataque colombiano se basó únicamente en las proyecciones por sector derecho de Diego Valoyes.