Reinaldo Rueda fue nombrado entrenador de la Selección Colombia el pasado 14 de enero y, una vez notificado, lo primero que hizo fue ponerse en contacto con Falcao y James Rodríguez.
Así lo confirmó este martes, en su primera rueda de prensa en el cargo, en la que, entre muchos otros puntos, habló de lo que espera de los referentes y del plan que podría implementar con su hombre clave. Porque más allá de toda discusión, el DT entiende que es vital descifrar el juego del zurdo, encontrarle una posición que le resulte cómoda y darle socios para que pueda expresar lo mejor de su juego.
Dos cosas puntuales dijo el nuevo seleccionador: "Lo de James es una situación de quiénes lo acompañan parta jugar como está jugando en el Everton o cómo podemos estimularlo y potenciarlo mejor para bien de la selección nacional", dijo primero Rueda.
Y complementó: "No se puede dogmatizar o decir que solamente en esta posición, porque todos los partidos son diferentes, los momentos van a ser diferentes y creo que en ese aspecto no hay ningún problema".
Es decir, con James el plan es clarificar dos frentes clave: los socios que necesita en el campo y el puesto ideal. Lo bueno es que buena parte de la tarea está hecha, que hay referencias incluso desde la mejor figuración histórica en Brasil 2014 para revisar y que hay memoria del proceso en el que hace años están las mismas unidades.
A qué jugar y con quiénes
Cuando mejor se comportó James fue cuando el equipo colombiano era poco predecible, en aquella cita brasileña, en la que podía pasar el 4-2-3-1 que se usó contra Grecia y Costa de Marfil, al 4-2-2-2, que por momentos era un 4-1-4-1, contra Japón, Uruguay o el propio Brasil.
¿Cuál era la particularidad en todos esos casos? Que siempre tuvo libertad. En la primera línea de volantes tuvo mínimo dos hombres (Aguilar y Sánchez, usualmente) que le evitaban el desgaste de la marca, una tarea que no le resulta natural. Eso le permitía caer a los costados cuando así lo deseaba y estar siempre cerca del referente de área para ser su asistidor o para definir de cara al arco, dependiendo del rival. Tuvo incluso a un hombre como Teófilo que jugó de espaldas al arco, todo una revolución para un 9 habitual, con el fin de ser pivote para su 10.
Cuatro años después, en Rusia 2018, en uno de los partidos mejor jugados de toda la era Pékerman, se acomodó en un 4-2-3-1, con una novedad: un socio creativo, Juan Fernando Quintero (borrado en la era Queiroz). Siempre escoltas a su espalda pero con un hombre con picante que aprovechaba el arrastre de los marcadores para hacer daño con pases profundos. ¿Suena familiar? ¡Claro! Es la estrategia que ha usado Ancelotti en Real Madrid antes y en Everton ahora, donde le da dos hombres que lo cubren, Doucouré y Allan, un socio que es definidor y rápido como Richarlison y un referente, Calvert-Lewin, que es el depositario de la mayoría de sus envenenados servicios.
A eso se refiere hoy Rueda: esos son los socios que necesita encontrar. Lo ha sido Barrios en los últimos años, lo fue Lerma en los partidos iniciales de la eliminatoria, lo hizo Cuadrado con puntos altos y bajos, pero no lo ha sido, por ejemplo, Uribe, el llamado al quite y primer pase que se sigue esperando.
Y en materia de socios al ataque tampoco hay indiscutibles: puede ser Muriel, que tiene la experiencia y está en racha en Atalanta pero no ha podido ser tan contundente vestido de amarillo; podría ser Luis Díaz, a quien le ha faltado regularidad; podría ser Cuadrado improvisado en ese rol (hace más de dos años es lateral derecho en Juventus) aunque no ha sido sólido en el cien por ciento de los partidos; o podría, por qué no, un Edwin Cardona, con el talento de Quintero pero apoyo en marca; o alguna sorpresa, un Duván Vergara que muchos piden, un Sebastián Villa con todos sus líos, un Carrascal... Ahí está el 'quebradero de cabeza del nuevo DT.
Lo claro es que de hombres de área, de esos tipo Calvert-Lewin, está lleno el casillero: Falcao sano; Duván Zapata con ritmo y experiencia; Morelos sacrificado, Borré en racha, hasta Miguel Borja de la liga local. Hay alternativas, es un hecho. Ahora esas piezas del ajedrez deben acomodarse con Rueda para rodear al 10. Será ingrato, injusto impopular si quieren, pero el mérito de este o cualquier entrenador de Colombia pasará, sí o sí, por sacar provecho del hombre distinto que tiene Colombia. La discusión no es el referente sino sus posibles socios. Todo lo demás es ficción.