"Tenemos que preguntarnos la liga colombiana en qué nivel está en el sentido de competencia, hasta dónde estamos llegando en Copa Sudamericana o Libertadores. Hay muchas cosas que demarcan la realidad e una liga". Firma Néstor Lorenzo.
Así, directo y sin anestesia, le bajó el pulgar a la Liga Betplay el DT de la Selección Colombia, y dejó claro que su prioridad son los jugadores del exterior para la Selección Colombia.
Razones le sobran; hay más roce, un nivel competitivo que no es comparable con el del FPC, inteligencia emocional para enfrentar a ídolos suramericanos y para enfrentar la dificultad en una situación crítica en unas Eliminatorias. Pero cuando vienen los imponderables, cuando las lesiones se ensañan con la planeación, no hay más opción que apuntar a 'lo que da la tierra'.
Román, goles y amores
La contingencia fue clara: se lesionó el lateral derecho titular indiscutible del equipo, Daniel Muñoz, cuando ya la lista de 29 jugadores se había confirmado, y fue necesario apostar por un jugador que no llegara sobre la hora con soluciones y no con más problemas.
No es que Santiago Arias esté en duda, es que el partido contra Bolivia es un auténtico desafío y él no tiene una frecuencia de juego en altitud que le permita el ida y vuelta necesario a 4.150m sobre el nivel del mar.
Por eso la crisis, que siempre es una oportunidad, obligó a Lorenzo a repensar su sentencia sobre el fútbol colombiano y apostar, pro fin, por un jugador de campo: Andrés Felipe Román.
¿Qué le ofreció Román? La respuesta es rendimiento puro: marcó 3 goles en 6 partidos y mantuvo una calificación promedio de 7,1, que no es otra cosa que el premio a un momento excepcional, a una actitud constante de sacrificio y a un remate de media distancia que lo ha distinguido desde siempre.
El bogotano firma 4 pases clave, 12 recuperaciones y 6 quites, cifras que confirman las mencionadas virtudes, con un 77 por ciento de precisión en el pase. Considerando que es un defensor y no una ficha clara de ataque, son datos que no admiten discusión.
Pero además, vale recordar que Román se entrena en la altura de Llanogrande y que trae todo la experiencia de una carrera hecha en Bogotá, defendiendo los colores de Millonarios. El rolo no necesita adaptación: nació con ella.
Andrés Román en 2024
Foto: Sofascore para Futbolred
Superó a Cuadrado
Román le ganó el pulso a un hombre que llegó a sonar mucho, no en vano es uno de los capitanes del equipo y tiene gran autoridad y respaldo entre los veteranos, pero que tenía varios detalles en contra para su regreso a la selección nacional.
Lo primero que conspiró fue la edad de Juan Guillermo Cuadrado, pues a sus 36 años era claro que iba a perder el pulso con Román (29 años): difícil competirle en ese punto y en el de la adaptación a la altura, pues contra Bolivia habrá que competir a 4.150 metros de altitud en El Alto.
Después está el tema de la continuidad: su promedio de minutos jugados es apenas de 31, viene de una larga inactividad y apenas se está acomodando a un Atalanta que es un derroche de despliegue físico y le da pocas oportunidades. Su calificación promedio es de 6,8, pero no es fácil competirle a un titular con gol como el hombre de Atlético Nacional que le ganó el lugar.
Fue Román por rendimiento, por edad, por pegada, por adaptación a la altura, por cercanía, por todo. Ahora solo falta que, en la competencia, Lorenzo de el siguiente paso que es darle minutos en El Alto. Para eso, al final, lo convocó.