Uno de los ganadores en la noche del jueves en el estadio Metropolitano de Barranquilla fue Reinaldo Rueda. ¡El dulce sabor de la revancha!
El primero que tenía que salir a reivindicarse con su historia, con su experiencia, con su conocimiento era el entrenador de la Selección Colombia, muy en entredicho antes de la victoria 3-0 contra Bolivia, pero felizmente fortalecido un día después, gracias a eso que tantos le pedían: ¡atreverse!
El DT corrió varios riesgos en este partido, por supuesto obligado por la necesidad perentoria de una victoria contra una de las selecciones más débiles de la región. Lo curioso es que lo hizo combinando dos cosas: dando nuevos roles a aquellos con los que siempre contó, es decir sin romper del todo su molde, pero también usando el recurso que tenía apuntando a una final de 180 minutos: los primeros 90 ya los resolvió con una victoria frente a Bolivia, los 90 finales todavía están por contarse.
Repasamos los ajustes más importantes:
1. Un solo mediocampista de marca
Era Bolivia y todos sabían, antes del duelo, de su todas sus debilidades. Por eso era el momento de apostar a un ajuste en el esquema: un solo mediocampista de marca. Y no fue, como se esperaba, un Barrios que se multiplicara por todo el sector, sino un hombre con salida, con pase, con más proyección como Gustavo Cuéllar.
Él mismo decía en una rueda de prensa que se podía improvisar esa solución para ganar más hombres de ataque, siempre que los 'ochos' tuvieron regreso. De James se sabe que no lo tiene, pero para eso se usó a Cuadrado, quien tiene más marca y es el socio de todos en la salida, un ajuste que, de paso, le resolvió al antioqueño el desgaste que le supone hacer toda la banda derecha en el retroceso. Todos pusieron, todos ganaron. Especialmente Rueda, quien, dicho sea de paso, fue quien rescató del olvido a un Cuéllar que parece hecho para estos duros desafíos.
2. Nuevo puesto a Sinisterra
Otro que advertía ante la prensa lo que podía aportar: "si ves mis partidos me muevo por toda la zona de ataque, en mi club no tengo una posición fija, incluso me gusta llegar más por el medio para estar más cerca de la puerta rival", decía. Y el primero que el copió el mensaje fue el DT, quien dejó de pensar en él como el suplente de Díaz y lo aprovechó, con perfil cambiado, como extremo por derecha.
El cambio se sintió de inmediato: se ganó proyección, velocidad por esa punta y, lo mejor, se armó un tándem con Daniel Muñoz que parece llamado a ser fórmula para el futuro, pues se liberaron carriles y fueron un dolor de cabeza constante para el rival. Sí, era Bolivia con toda su debilidad, pero no por eso la fórmula carece de mérito.
3. ¿Falsos 9?
Una novedad que no era tan exótica fue el rol de Luis Muriel, uno de los jugadores a los que Rueda llamó siempre desde que asumió como DT de Colombia, pero con quien muchas veces no pudo contar por motivos ajenos a su voluntad. Lo cierto es que ofreció una versión muy cercana a la de Atalanta: un atacante capaz de salir del área para liberar su zona ante la llegada firme de hombres como Díaz y Sinisterra de los costados hacia el medio, que fue más pasador que definidor y que se sacrificó en una noche en la que muchos esperaban ver sus celebraciones de gol. No pudo ser pero no por falta de oficio sino porque justamente eso lo convirtió en un jugador más de equipo.
Y en ese panorama puede tener el DT otro hombre capaz de asumir esas transformaciones: Harold Preciado. Esta vez fue a la tribuna y el asombro fue total, pues pareció olvidado en favor de Miguel Borja, el hombre de confianza del jefe. Y puede ser que no, que él, que conoce el área y es el delantero con más actualidad goleadora de los ocho convocados, se haya reservado para una tarea similar, un 9 con vocación de asistente, que cumpla los dos roles contra Venezuela, el último escollo de esta durísima Eliminatoria. Eso se sabrá el martes. Por ahora, en el papel, suena como otra apuesta sensata.