El año pasado en el Gran Premio de Brasil, Max Verstappen y Sergio Pérez, los dos pilotos del equipo Red Bull de Fórmula 1, protagonizaron una de las polémicas de la temporada.
Allí, el neerlandés no tuvo su mejor carrera y en las últimas vueltas el equipo le pidió que dejara pasar al mexicano para recuperar algunos puntos para pelear el subcampeonato con Charles Leclerc. No obstante, el europeo no le cedió el puesto y dio pie a una tensión entre ambos pilotos luego de unas declaraciones de Pérez en donde le dijo de todo a Verstappen.
Sin embargo, en las últimas horas, el mexicano zanjó los rumores de que haya una mala relación con su compañero de equipo y dijo que no hay problemas con él.
"Hay un gran ambiente con el equipo, hay un nivel muy alto de respeto entre todos, tanto entre sus ingenieros como con los míos", comentó de inicio.
Por su parte, se refirió a lo ocurrido en Brasil y dijo que ya ha pasado página de lo sucedido: "Creo que ambos somos lo suficientemente maduros para saber qué está bien y qué está mal. Mientras siga siendo así, no espero que nada cambie".
Por su parte, se refirió a lo que ha ocurrido en esta temporada en donde lucha el campeonato con Verstappen dada la diferencia entre Red Bull y los otros equipos y es por ello que siente que ha estado cerca de su compañero, pero que será difícil de vencer.
"No solo en Jeddah, sino también en Bahrein estábamos en márgenes muy pequeños, tanto en la Clasificación y como en la Carrera. "No hay duda de que no hay piloto en tal forma como Max, por lo que es definitivamente el piloto más difícil de vencer", mencionó.
Finalmente, aseguró que deberá sacar su máximo potencial tanto físico como mental para hacerle frente a Verstappen: "Se requerirá la cantidad máxima de concentración de mi parte para traerlo a mi juego en cada fin de semana".