Colombia se despidió de la Copa América 2019 tras caer en definición por penaltis contra Chile, en una presentación gris y sin apenas opciones de gol, en un equipo que llegaba invicto, con puntaje perfecto y en uno de sus mejores momentos.
¿Qué pasó? La imprecisión fue la nota predominante en un partido en el que la magia de James no hizo diferencia como en otras ocasiones y lo que se hizo bien, sobre la base de las virtudes de la Selección nacional, esta vez se disolvió por jugar más a lo que pedía el rival que a lo que sabía Colombia.
Aquí, cinco lunares en el Arena Corinthians:
1. No hubo ideas
Colombia prácticamente no generó opciones de gol en 90 minutos. James solo tuvo dos chispazos que no supieron finalizar sus compañeros, Falcao sufrió en soledad en el área rival sin que nadie lo alimentara (tuvo un único remate), los carriles no fueron nunca una vía para hacerle daño a Chile y en la zona de volantes tampoco hubo imaginación. El 10, que antes resolvió con su mágica zurda, esta vez fue controlado y no tuvo chispa.
2. Laterales, el dolor de cabeza
Colombia planteó un partido para cerrar la salida de Fuenzalida y Alexis Sánchez y, a la luz del resultado (0-0) cumplió. Sin embargo, en las dos jugadas de gol anuladas por el VAR y en las dos opciones de Vargas, la de Alexis y en un par de balones aéreos, la zaga se vio superada por la rapidez para picar a espalda de los centrales y superar en los duelos individuales a Medina y Tesillo.
3. El medio campo no dio soluciones
Barrios, contra Chile y en toda la Copa fue suficiente para tapar la mitad del campo en Colombia, y eso les daba libertad a Cuadrado y Uribe para salir al ataque: el primero lo hizo pero siempre finalizó mal y el segundo fue inédito en esa tarea. En cambio, Chile se creció de la mano de Vidal en ese sector y supo romper el bloque con inteligencia y agilidad.
4. Colombia, en juego ajeno
Es suficientemente conocido que Chile tiene entre sus fortalezas el duelo hombre a hombre. Colombia, en cambio, se hizo fuerte en la Copa América usando una presión asfixiante, con tres hombres alrededor de la pelota, pero siempre en bloque, como equipo, con un trabajo solidario. Esta vez renunció a esa estrategia y fue al choque, a raspar, a caer en la pierna fuerte e interrumpir así la fluidez de su juego. Hubo 40 faltas (19 de Colombia y 21 de Chile) y fue el partido con menos pases en la Copa: prueba de que se impuso el juego del rival, no el propio.
5. Cambios ineficientes y tardíos
El técnico Queiroz demoró 67 minutos en hacer el primer cambio, a pesar de saber que el medio campo lo ganaba Chile y que ahí urgían ajustes. Cardona tuvo poco más de 20 minutos y Zapata (77) y Luis Díaz (81) en ataque apenas lograron tocar la pelota. Ninguno de los tres logró conectarse con el juego, unas veces por falta de tiempo y otras por imprecisión, que fue el defecto común del equipo. El DT no logró corregirlo.