James Rodríguez apostó por Rayo Vallecano pero el club de Vallecas no apostó por él. ¡Qué ironía!
Después de ser el MVP de la Copa América 2024 lo privilegió por encima de otras opciones, seducido por volver a LaLiga y Madrid, donde supo ser ídolo, pero no halló la reciprocidad que esperaba y, después de cuatro meses, decidió rescindir su contrato.
Fue un gris adiós, pobre si se tiene en cuenta la gran expectativa que generó y lo poco que jugó. Eso sí, vale decir que esta vez no fueron ni las lesiones ni los viajes a Selección Colombia, ni razones atribuibles a la falta de disposición del jugador, sino exclusivamente a una decisión del técnico Íñigo Pérez de no tocar su equipo de ninguna manera para abrirle espacio al 10.
'No encajó'
Antes de la victoria 2-1 de Rayo Vallecano contra Girona, le preguntaron al presidente del Rayo, martín Presa, el hombre que llevó al colombiano al club aún sin la venia del DT, qué análisis hace del fracaso de esa apuesta.
Evidentemente se quedó con el dolor de no ver la misma versión del capitán de la Selección Colombia en Vallecas pero dejó la idea de que no hay rencores.
“Hemos tenido la suerte de tener en el Rayo un futbolista de la talla mundial de James. Por circunstancias en nuestro sistema de juego no ha encajado como todo el mundo quisiera”, comentó.
A esta altura, cuando ve cómo en león de México ha tenido gran impacto, el directivo se limitó a decir: “desearle la mejor de las suertes tanto en León como en el próximo Mundial de Clubes y en el próximo Mundial de selecciones, siempre que no juegue un equipo español o contra la selección española”.
James se fue del Rayo con un decepcionante registro de 7 partidos, uno solo de titular y por la Copa del Rey, una sola asistencia y cero goles. En menos de dos semanas en en León ya jugó un partido y medio, generó un penalti clave para vencer a Atlas y marcó el gol de la victoria contra Juárez. Para verdades, el tiempo...