En todos los clubes en los que pasó, a Juan Pablo Ángel siempre le interesó y quiso codearse con los grandes jugadores y así fue desde que empezó su carrera en el verde antioqueño
“Los grupos se notan en el fútbol: en Nacional estaban Andrés Escobar, René, Chonto, los exitosos; y las verrugas, que llamamos, o los que no servían estaban allá. Yo me hice aquí, con los exitosos, y aunque me sacaban yo me quedaba porque quería estar ahí. En todos los vestuarios en los que estuve era un común denominador que los exitosos estaban juntos y no necesariamente eran amigos, pero estaban juntos”, recordó en una charla con Fantino, para un programa de ESPN.
Y eso mismo quiso emular cuando llegó a River Plate, club en el que dejó su impronta como goleador y gran estrella del equipo finalizando el Siglo XX.
“Recién llegado a River Plate (1997) estábamos haciendo un loco (conocido en Colombia como bobito). Un vago de esos muy particular de los exitosos me cargaba y me decía colombiano puto, que lo trajimos de la selva y más. Yo no estaba acostumbrado al humor argentino y esas cosas, entonces yo lo empecé a tomar personal hasta que se me desconectó un cable un día”, recordó Ángel.
Luego complementó la historia: “Un día íbamos caminando en el estadio, yo empecé a aislarlo y cuando llegamos al vestuario yo lo encerré conmigo y a los demás los dejé afuera. Ahí le dije ahora sí hijo de pu%$ nos vamos es a matar y me dijo ¿está loco? y yo lo quería matar. Tuvo que entrar ‘Pichi’ Quiroga a decirme que me calmara”.
El hombre de la historia es Sergio Berti, un argentino que tuvo tres ciclos en River Plate y también pasó por clubes de México, Italia, España, Emiratos Árabes Unidos, Ecuador y Escocia.
Al final, Juan Pablo Ángel dijo que Berti “me ayudó mucho y fuimos grandes amigos, le tengo un cariño enorme”.