“Ni los árbitros de fútbol se salvan”, así registró EL TIEMPO el lamentable asesinato de Álvaro Ortega, quien la noche del 15 de noviembre de 1989 había dirigido el juego entre Medellín y América de Cali. Así, el principal diario del país abrió su sección deportiva del 16, con el fatídico hecho.
“‘Quítate, ‘Chucho’, que no es contigo”, dijo el individuo y de inmediato empezó a disparar contra el árbitro colombiano Álvaro Ortega, a quien asesinó de seis disparos anoche en Medellín, después del partido entre Medellín y América”, fue el comienzo de la nota, que relató los momentos de angustia que vivió Jesús Díaz, árbitro y amigo de Ortega, pues él estaba a su lado en el momento del atentado y fue quien lo llevó a la Clínica Soma.
Esa fue la peor mancha de un campeonato que ya venía inmerso en medio de polémicas, apuestas y guerra entre carteles del narcotráfico. “…entre bambalinas se comentaba que los árbitros de la Dimayor le estaban ‘sacando el cuerpo’ a actuar en la plaza de Medellín”, comentaban en la noticia.
De inmediato el rumor acerca del futuro incierto de aquel campeonato, empezó a hacer eso. “Es muy posible, que ante la gravedad del hecho, la semifinal y la final del torneo profesional de este año sea suspendida indefinidamente”, mencionó el periódico nacional, así como recordó el secuestro del silbato Armando Pérez en 1988, y que casi provoca la suspensión de aquel torneo.
Un recuerdo que entristeció al país, y que alertó al gobierno de la época y a la dirigencia del fútbol acerca de los momentos difíciles que vivía el país.
Juan Pablo Arévalo López
Periodista de FUTBOLRED
juaare@eltiempo.com