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Brasil tiene 35 puntos y Argentina 27. Si mañana terminaran las Eliminatorias a Catar 2022, estarían clasificados matemáticamente. ¿Y eso les da derecho a boicotear el torneo?
Así es como se ha interpretado la estrategia de ambas selecciones de usar suplentes para los últimos cuatro partidos del certamen, lo que permitiría darles descanso a las estrellas e inclusive ver algunas alternativas de cara a la Copa Mundo. Eso al menos es lo que dicen.
Lo que callan es que, por culpa de la Liga de Naciones, se quedaron sin el fogueo que se requiere contra las potencias europeas, que ahora solo se miden entre ellas y luego, en los Mundiales, superan sin dificultad a los equipos suramericanos. Lo que no cuentan es que, si jugaran en esas fechas FIFA en el Viejo Continente, facturarían millones enfrentando a los estelares de ambos lados del mundo, como ocurría antes, y les evitarían desplazamientos que siempre generan la oposición de los clubes.
¿A quiénes les servía el plan, además de Argentina y Brasil? ¡A los que buscan todavía el cupo al Mundial, incluyendo a Colombia (17 puntos)! El equipo de Rueda tendrá que visitar a Argentina el Primero de febrero y hacerlo sin Messi y otros estelares no estaría del todo mal. Pero no es el equipo más favorecido pues Ecuador (tercero, 23 puntos) y Chile (16 puntos) tienen cruces contra argentinos y brasileños en el cierre de las Eliminatorias y sí que les interesaba que les salieran con equipos alternos.
El tema son los demás. Porque Perú (17 puntos), por ejemplo, se medirá con Colombia, Uruguay, Ecuador y Paraguay. Y Uruguay (16 puntos) se verá las caras con Paraguay, Venezuela, Perú y Chile. ¿Cómo les va a servir que sus rivales directos por la clasificación enfrenten a un Nehuén Pérez en vez de Messi o a Cunha en vez de a Neymar? Esa es la discusión en términos deportivos. Pero en el tema económico, prescindir de las estrellas sería un golpe directo a las arcas de Brasil y Argentina e inclusive a las de sus oponentes, pues nadie pagaría costosas entradas para ver suplentes.
Por todo eso, según O' Globo de Brasil, la FIFA bloquearía ese posible intento de boicot y no autorizaría la doble convocatoria que planeaba Tite: un equipo local para Eliminatorias y uno 'europeo' para foguearse de cara al Mundial con los que están en el Viejo Continente, léase todas las estrellas. Infantino queda como un príncipe con las federaciones suramericanas que temen que el torneo pierda nivel y de paso con los clubes, que no estarían obligados a ceder a sus estrellas, aunque esta vez se ahorran el cruce el océano para venir a jugar las Eliminatorias.
Sin embargo, brasileños y argentinos sienten que tienen derecho a elegir cómo rematar el certamen clasificatorio, que es gracias a que ya hicieron los puntos necesarios que pueden rotar o buscar alternativas o dar descanso a sus figuras o, al fin, hacer lo que les plazca. Y eso enciende, cómo no, un interesante debate: ¿realmente pueden tomar decisiones libremente o el riesgo de que desequilibren la competencia y den ventajas a sus afortunados rivales exige que Conmebol los ponga en cintura? ¿Los convierte esta situación en 'víctimas de su éxito'?
Lo cierto es que ya, por lesión, Neymar no está en la convocatoria de Brasil y que el comunicado de PSG sobre Messi, quien en teoría no está disponible aunque ya haya superado el covid 19, hace pensar que tampoco estará con Argentina. Al final, Tite y Scaloni sí que pueden hacer lo que quieran. ¿Es eso lo justo? ¿Y Colombia, cómo va ahí?