Selección Colombia

Cinco pecados que condenaron a Rueda en regreso a Selección Colombia

El DT buscó revancha en Eliminatorias y volvió a fracasar en su aspiración de llegar al Mundial.

30 de marzo 2022, 02:05 a. m.
No fue un spoiler la historia de frustración de la Selección Colombia en las Eliminatorias al Mundial de Catar. Fue más bien una serie, de las malas, que con fastidiosa paciencia se escribió lenta y casi tortuosamente hasta su desenlace, que todos temíamos, que nadie con auténtica honestidad pudo vender nunca como una ilusión real.
El equipo de Reinaldo Rueda se sacó sin ayuda de nadie de la que debía ser su tercera Copa del Mundo y ahora mastica su tristeza consciente de dos realidades: salvo Brasil y Argentina, los que van a Catar no son infinitamente superiores en términos de calidad individual; la crisis no fue nunca una oportunidad para un equipo quebrado en su confianza y que nunca encontró respuestas cuando lo acosaron las preguntas.
Y en el primer turno al bate para desahogar la tristeza aparece Reinaldo Rueda, a quien muchos señalan como gran responsable en su segundo intento de clasificar a su selección nacional a un Mundial. No les falta razón pero sí precisión, pues no es el único culpable. Lo cierto es que, como cabeza del grupo, tiene que ofrecerse al rigor del verdugo. Estas son las cinco culpas del 'entrenador':
Cobardía
Fue famosa frase de Falcao tras la derrota contra Argentina, cuando se refirió al estratega como 'El entrenador' y contó que su plan era "aguantar y defenderse". Más que exponerlo, lo describió: a Rueda no lo sacó nada de su idea de cerrar el arco propio con todos los candados, de privilegiar la solidez defensiva por encima de todos los recursos ofensivos de los que llegó a disponer, de creer que era el cero propio antes que nada lo que lo llevaría a Catar. No pudo estar más equivocado.
Pero no fue la única señal de su poca capacidad de riesgo: cuando hizo el 'morfociclo' previo al duelo contra Bolivia en La Paz, probó más de una docena de opciones, llevó varios jugadores 'con huella' de altura para administrar la nómina que debía disputar una dura jornada triple, y acabó jugando con los mismos de siempre, aparentemente por presión de los propios capitanes. Por la razón que fuera, ideó un plan y al final no tuvo el arrojo de implementarlo. Así, sin más.
Convocatorias
Si algo se le critica a Rueda es su falta de tino y de coherencia en las convocatorias, pues además del citado 'morfociclo', muchas veces llamó a jugadores al parecer por presión o por razones ajenas a su propia convicción y liego no supo cómo manejarlos. ¿Ejemplos? A Cantillo  a Morelos los llamó para no darles nunca su confianza; a James lo borró de Copa América y acabó repatriándolo ante la necesidad aunque su presente nunca fue brillante desde agosto pasado; acercó a un Valoyes que nunca dio pistas de ser un jugador de Selección, a un Suárez que apareció por la emergencia de una baja y -contra todo pronóstico- fue hasta titular-; descartó a Sinisterra y Cuesta cuando lo hicieron bien alegando una falta de continuidad que nunca explicó y descartó a un Colorado necesario para el recambio entre los mediocampistas por un Alzate que nunca fue indiscutible, por un Uribe que no convence ni con gol a Bolivia, por los mismos de siempre... y así, llamados por razones misteriosas, difíciles de entender.
Discurso
Un fenómeno complicado, que solo en esta segunda etapa padeció el DT, es que cuando los jugadores miraron al banquillo en medio de las crisis, de allí no vinieron opciones ni menos seguridad o confianza.
Y es que los discursos fueron dando siempre paso a las contradicciones y las incoherencias: habló del 500 por ciento que no le funcionó a James, el primero al que le puso una obligación que nunca hizo respetar; presumió de creer y apostar por la Liga y en el morfociclo no usó a los que llamó; en la última convocatoria solo llevó a dos de los 28; dijo que no haría cambios contra Venezuela y metió cuatro caras nuevas... la constante fue 'tirarla cambiada', algo muy atípico en él y muy ineficaz a estas alturas, cuando se sabe todo de todos en Suramérica.
Manejo de crisis
​Dicen que el auténtico líder se conoce en el manejo de las dificultades y en eso el DT casi siempre se rajó.  Cuando vino la empatitis pidió una tranquilidad que no supo transmitirles a sus pupilos, cuando se perdió ese partido contra Perú, tan agónicamente, se vio quebrado y, en vez de buscar ayudas motivacionales que en el pasado, confió más de la cuenta en los talentos de su grupo para reponerse, casi en soledad... Eso por no mencionar los rumores sobre posibles diferencias entre jugadores en el camerino, que ellos calificaron como discusiones normales por la frustración, pero algunos periodistas aseguraron que fue más allá.
Y esos momentos tan álgidos, el otro gran lunar fue su errática lectura del juego y sus cambios erráticos. Aquí no sirve enumerar: de la Copa América hasta esta parte sus intervenciones fueron puro maquillaje a una sequía de gol de 7 partidos y se puede decir que los revulsivos nunca le funcionaron.
Herencia
La gran preocupación es que, como dijo el DT, su continuidad dependía de ir al Mundial y, si no hay Catar, pues no hay DT. La discusión gruesa es el posible reemplazo, pero una más de fondo sería qué deja a su paso por el equipo... o a quién (es). De Jaminton Campaz, de Yaser Asprilla, de los pocos nombres nuevos que sumó poco a poco se pasó al olvido y ni los Alzate (de la era Queiroz) o hasta Valoyes se cuenta como herencia. Deja muy escaso aporte Rueda a pesar de haber sido el entrenador que más lejos llevó a juveniles al Mundial Sub 20 (Tercer lugar en Emiratos Árabes).
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